Manuel Jabois publica Malaherba, una novela que invita a reflexionar sobre la infancia y el recuerdo nostálgico de las primeras veces. Un relato que enfrenta a dos mundos, el de los niños y los adultos, hasta que estos se ven obligados a converger.
Qué: Libro (edita Alfaguara)
¿Cuántas veces puede morir un padre? Quizás mueran un poco a medida que crecemos, cuando dejamos de ser niños, rompemos con la ingenuidad y entramos de lleno en la vida adulta. Quizás somos nosotros los que morimos un poco, alejándonos del ideal en el que los padres siempre estarán allí; esa es su responsabilidad. ¿Quién muere entonces? Quizás ambos y eso es lo que ocurre en esta historia.
Malaherba comienza con la primera muerte del padre de Mr. Tamburino, Tambu, porque muere una vez, al menos, eso parece, y finaliza con una segunda muerte, la de verdad, aquella en la que ya muere del todo. Lo que ocurre entre una muerte y otra es el paso forzado de un niño a la vida adulta. Ese que es interpuesto, casi obligado, «cuando te enamoras o matas a alguien, o ambas cosas a la vez». Así es como se lo enseñan al protagonista.
El mismo día en el que muere el padre de Tambu, éste conoce a Elvis, su vecino. Desde ese momento, forjarán una amistad que les permitirá iniciarse en el amor, la muerte, las drogas o la sexualidad sin saber realmente qué están descubriendo. Tambu y Elvis construyen un legado repleto de las primeras veces, un anecdotario de las vivencias de la niñez. La amistad aquí descrita está desprovista de artificios, transformándose conforme avanza la historia, fortaleciéndose hasta convertirse en una nueva forma de amor. Un amor desconocido y alejado de aquel que queda reservado a la familia.
Manuel Jabois se sirve de Tambu para contar un relato en primera persona, escrito desde la ternura e inocencia que la infancia nos brinda. No intente afrontar estas páginas enfrentándose a la nostalgia, no se resista; Jabois es capaz de transportar al lector a ese instante en el que el tiempo pasa y siempre nos parece mucho, a ese en el que uno creía enterarse de todo sin enterarse de nada y así es como ocurre en Malaherba. Permítanse observar el mundo de Tambu desde la niñez, ser partícipe de sus descubrimientos y que esa inocencia les devuelva a su mundo de adultos con la ternura de sus protagonistas.