El argentino residente en Madrid Sebastián Litmanóvich (aka Cineplexx) publica Solo olas, su álbum más redondo, llevando la canción melódica ligera de los años 70 a un universo posmoderno.
Qué: Disco (Nacional Records)
Existe cierto tabú y cierta distancia por parte de los artistas del circuito alternativo a la hora de enfrentarse a la canción melódica de corte romántico. Existe cierta distancia entre la alargada sombra que imponen iconos de la canción ligera como Julio Iglesias, Dyango, Leonardo Favio, Miguel Gallardo, Camilo Sesto, Leo Dan, Nicola di Bari o Sandro, entre otros, y la generación que se ha comenzado a expresar artísticamente a través del sonido de guitarras y/o sintetizadores del movimiento alternativo de los años 90.
Afortunadamente, existen especímenes desprejuiciados como Sebastián Litmanóvich, conocido desde hace cerca de dos décadas como Cineplexx, un trotamundos de la canción melódica que, a lo largo de su carrera y también de la decena de discos que lleva publicados, ha ido virando un discurso sonoro que pasó de bascular tics vaporosos y ensoñadores en sus inicios; a posicionarse como una suerte de médium entre el espíritu de la canción melódica iberoamericana de los años 70 (algo que reivindica también en la sección que tiene en el segundo bloque del programa Hoy empieza todo, que presenta Marta Echevarría en las ondas de Radio 3) y sonidos más propios de subgéneros como el synth-pop, el dream-pop o las psicodelias más melódicas.
Así, Solo olas es una evolución y, a la vez, una coalición de las marcas más reconocibles que ha mostrado Litmanóvich en sus anteriores discos: desde los guiños a Devendra Banhart que plasmó en Perfume a la rítmica bailonga y nuevaolera de Florianópolis y, sobre todo, la apuesta por la canción ligera posmoderna que comenzó a afianzar en Espejos hace tres años.
Ahora, firma canciones que bien podrían formar parte del repertorio de cualquiera de los ídolos de la canción melódica antes mencionados (hay un guiño evidente a Julio Iglesias en Hey), pero también conecta con otros cancionistas 2.0 como los hermanos Lucas Martí y Emmanuel Horvilleur, o con el espíritu de crooners contemporáneos como Cuco, El David Aguilar o RARRI BLANCO; además de feminizar su propuesta con colaboradoras que también conectan con ese espíritu neocancionista, como es el caso de La Bien Querida, Linda Mirada (una de sus musas preferidas: ya ha colaborado en tres ocasiones con Cineplexx), Kela (de Kelamore) o Victoria Lucía (de Indigo Girls). Un beso, una flor y doce canciones para bailar agarrados.