A falta de un retorno en grupo al universo intransferible de Popemas, cumbre de Nosoträsh, Cova, uno de los pilares de aquel milagro irrepetible, se reinventa por medio de Primas Hermanas, puro deleite pop para el cual ha sumado fuerzas junto a la gallega Antía.
Qué: Disco (Oso Polita)
¿Qué se puede decir de un disco que se prende al corazón desde la primera escucha? Pues poco más que rendirse a sus encantos y dejar que sigan fluyendo día a día en nuestro reproductor mental de músicas. Y es que los doce sortilegios pop aquí reunidos es lo más extraordinario que ha pasado en torno a la familia Nosoträsh desde el insuperable Popemas.
No es para menos ante un arranque como el dispuesto a través de Como un tigre y La cochinchina, donde ya queda puesto de manifiesto la excepcionalidad de la química aquí fraguada por Cova y Antía, primas hermanas astur-galaicas que se han marcado poco más de media hora sin un gramo de excedentes.
Lo aquí reunido es pop de chimenea, fogueado por melodías embrujadas como las de A estas alturas, uno de los hallazgos que hacen de este debut uno de los más impactantes de estos últimos tiempos y que, junto al nuevo LP de Lorena Álvarez, demuestra que la vía folk aún cuenta con el efecto sorpresa, aquí sublimado por todo un surtido de detalles y arreglos mínimos en torno a sintes, pianos y coros mínimos.
Todo espolvoreado desde el concepto del plano-contraplano armónico. Pruebas milagrosas de una inspiración que estaba agazapada en busca de su momento, y que se ha materializados a través de un nuevo carrusel de imágenes absortas en costumbrismo mágico, espíritu vainiquero, melancolía norteña y un juguetón sentido del humor, ideal para poperizar estos bellos poemas para viajes en tren bajo el orballo.
Nacho Vegas dixit: «Antía y Cova se estrenan con un disco genialmente titulado Miss medolías (léase dos veces si hace falta). Una colección de canciones en las que la sencillez es un arte y por las que desfilan escenas rescatadas de un pasado hoy revelador, humor, asombros, empoderamiento, miedos y otro puñado de emociones envueltas en melodías e interpretaciones guapísimas, que parece mentira que quepan todas en poco más de media hora que dura este pequeño gran disco de doce temas, en los que nada sobra y nada falta».