Ahora que cumple su décimo aniversario es el momento de replantear los verdaderos méritos de Fuel Fandango. No en vano, Nita Manjón y Ale Costa invitan a dicha reflexión por medio de su álbum más redondo hasta la fecha.
Qué: Disco (Warner)
Muchos han sido los escépticos con Fuel Fandango a lo largo de los años. Si bien es cierto que sus diferentes trabajos no invitaban a contemplarlos como una formación de cinco estrellas, también lo es que su aleación flamenco-electrónica ha abonado el camino que luego catapultó a Rosalía.
Ahora es cuando llega el momento de refrendar el verdadero valor de los actos de Fuel Fandango hasta la fecha, y lo ha hecho por medio de su cancionero más inspirado. Ya solo por los dos hits con los que arranca el álbum, Mi danza y Despertaré, estaría más que justificada esta afirmación. Del tecno flamenco alto voltaico de la primera a la finura acuática a lo FKA Twigs de la segunda, Nita Manjón y Ale Costa no solo se reivindican como perfectos conocedores del terreno que pisan sino también como compositores de alta graduación.
Comprender y absorber con estilo el contexto del pop actual es algo que también demuestran piezas arrebatadoras como Huracán de flores y El bosque. Esta última también reincide en el aura africana que se filtra a lo largo de esta notable decena de canciones que, si bien no mantienen la regularidad a lo largo de todo el recorrido, sí se muestran como un ramillete de razones convincentes para, ahora sí, subirnos al tren de un grupo que si sabe evadir la pátina mega mainstream que, por momentos, prevalece en su cuaderno de bitácora, es capaz de grandes cosas.
