La carrera discográfica de Víctor Coyote ha estado marcada por una periodicidad guadianesca que no ha ayudado en su reconocimiento como una de las voces más únicas de la música española. Ahora, con Las comarcales, el de Tui ha conseguido dar forma a una verdadera obra maestra.
Qué: Disco (El Volcán)
Con cuatro décadas a sus espaldas en la mochila, así es como se pueden llegar a gestar obras como la aquí presente: una macedonia transoceánica de músicas, donde la cumbia, el caño roto y blues bailan en una verbena atlántica de sonidos tan ricos como los que recorren cada centímetro de Costa Nova o Artificial.
Bocados tan sabrosos como estos no son más que pruebas del excelso estado de inspiración que recorre el trayecto dispuesto por Víctor Coyote a lo largo de una docena de canciones prendidas en un limbo arrabalero de cantos taciturnos, tal como en la titular del álbum, o en el regusto a Tom Waits de A pena do home necio. Esta última es una de las dos canciones cantadas en portugués que integran un crucero por tierras donde lo regional es lo universal y el calypso se funde con el espíritu de J.J. Cale.
No hay rutas definidas en una travesía marcada por un botín de experiencias vitales sembradas desde la inspiración narrativa de Corín Tellado o Raymond Carver. Las fronteras son inexistentes para un autor que nunca fue consciente de dicho término. Y el cual vuelve a hacer vacío de significado en tan sembrado ajuar de melodías marineras.
Con este trabajo, el músico gallego ha conseguido por fin construir esa obra maestra que tanta falta le hacía desde la publicación del sublime Mujer y sentimiento, álbum con el que inauguraba su carrera con Los Coyotes, allá por los años ochenta.