Seis años después de haber vuelto a regocijarse en la excelencia, Single retorna con Hola, un trabajo que nos devuelve su versión más recogida y melancólica. Pero hay más, mucho más, en uno de los discos que van a definir 2020.
Qué: Disco (Elefant)
Definitivamente, hay grupos tocados por una varita mágica. Tal es el caso del dúo conformado por Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin, que tras más de tres décadas, desde sus años en Aventuras de Kirlian, jamás han dado un paso en falso discográfico a lo largo de su trayectoria.
Será también por la calma con la que se toman su última reencarnación, como Single, donde están prohibidas las prisas innecesarias y toda progresión que no esté propulsada por la acción-reacción. Así ocurre de nuevo en Hola, donde la invitación al baile de Rea ha dado paso a un enfoque diametralmente opuesto, guiado por la pausa del intimismo. Melancolía vital dibujada por un fascinante híbrido entre corazón acústico y prolongaciones retro sinte. No es difícil adivinar la sombra de pioneros electrónicos de alma infantil como Jean-Jacques Perrey o Isao Tomita. Ecos de ondioline o theremin orbitan en la atmósfera de canciones como El sueño, puntal de un álbum compuesto por una decena de exquisiteces pop.
Ya sea en Pegaso, El roce o A las seis, Single suena tan inspirado como siempre, o incluso más. La belleza del gesto cobra forma a través de canciones donde la melancolía norteña impone los pasos de emociones filtradas a través de recuerdos y sueños descritos con detallismo absorbente. Invitaciones a recordar a los Le Mans más íntimos, aunque desde una paleta más rica, de colores robados de nuestra imaginación. Sencillamente, ensoñador.