Artista renacentista del Siglo XXI, Julia de Castro emprende vuelo en solitario con La historiadora, un trabajo donde vuelca todas sus diferentes dimensiones. La excusa, realzar su polifacética creatividad con mayor elocuencia que nunca.
Qué: Disco (El Volcán)
Ya sea desde la cumbia de Caminadora o en la tracción hip hop con la que hila los recitados de Ríndete, si hay algo que remueve en sus adentros a esta avileña de origen es su necesidad por sorprender en todo momento. Incluso, a sí misma. Sólo así es posible que salgan a la luz trabajos tan poliédricos y repletos de contrastes como La historiadora, donde se saca de la manga un festín de sus diferentes yoes: desde esa especie de versión fronteriza de Julieta Venegas, en Marinela, hasta la copla, en San Miguel. Una cosa está clara, si de lo que se trata es de no ofrecer pistas acerca del futuro musical de Julia de Castro, este trabajo resplandece como brújula sin aguja. Invitación a la desorientación, que torna en discurso conceptual sobre las dinámicas caóticas de los impulsos creativos.
En base a este enfoque, la decena de canciones aquí reunidas, tanto son amamantadas desde la pulsión electronic body music minimal de 29 años como por medio de folclore criollo de chimenea, tal que en Arde Madrid.
Tráiler del episodio cinco de la serie En casa, protagonizado por Julia de Castro junto a Celia Freijeiro.
Quizá sea por su propia vocación de actriz –recientemente ha participado como protagonista y guionista del episodio cinco de la serie de HBO En casa, dirigido por Paula Ortiz–, que esta tendencia a cambiar de careta propulse el instinto de una Julia de Castro que, mediante este álbum, ha sellado un tratado sobre cómo alcanzar la homogeneidad, partiendo desde los extremos más pronunciados. Porque, al fin y al cabo, es desde las sinergias nacidas del contraste de lo que se nutre tan cromático, y notable, racimo de músicas sin aduanas destiladas para la ocasión.