Tras habernos ofrecido la ración pop más cromática de todo 2018, el ex Klaus & Kinski Alexanderplatz retorna con su primer trabajo lejos del formato doble. Concreción que no lo es tanto, ya que las once canciones aquí contenidas exploran tantos frentes estilísticos como en él es habitual.
Qué: Disco (Jabalina)
Comenzando por el toque Jesus And Mary Chain de Isabel como Fernando, arranca tan inspirada carretera con peajes tan sorprendentes como el bolero lounge que se marca en Mausoleo; sin duda, uno de los picos más altos de esta ensalada, aliñada tanto con sus habituales incursiones dream pop y krautrock como en el épico slowcore fronterizo tejido en la enorme Sindicato vertical de enterradores.
No hay límites en una mente nutrida por toda clase de requiebro destinado a huir de guiones previsibles. Esta tónica se hace perenne a lo largo de un recorrido donde tampoco faltan híbridos de cómo sonarían Los Planetas de haber sido succionados por una red de ondas synthwave híper ochenteras.
Así sucede en La cosa, tema seguido, a continuación, por Cinismo para las masas, deliciosa pieza de bossa nova, remachada con sombras ambient profundamente emotivas. Es precisamente este balance constante entre canción mínima y épica la que bulle en la mayoría de unas canciones ideadas a partir de melodías de sombras mayores que la forma reflejada. Truco de magia que nos recuerda a la falsa sencillez de los discos que Franco Battiato facturó en la primera mitad de los 80, y cuyo espectro podemos palpar en la idiosincrasia de un trabajo que, como todos los esculpidos por Alejandro Martínez, van creciendo conforme aumentan las escuchas del mismo.
En definitiva, una nueva ofrenda imperdible por parte de uno de los verdaderos magos pop que orbita en el panorama musical español.
