Tras haber prendido la llama de la inspiración con el memorable 45 cerebros y 1 corazón, en su segundo álbum, Maria Arnal i Marcel Bagés dan un paso hacia delante en dirección al riesgo del camino insospechado. El resultado de tan imprevisible maniobra es una nueva obra maestra de la música popular española.
Qué: Disco (Fina Estampa)
Maria Arnal i Marcel Bagés se han tomado su tiempo, casi cuatro años, pero tras llegar a la meta final de Clamor se advierten las razones de tan prolongado espacio dedicado a vertebrar el segundo paso en largo de su trayectoria. Y es que esta nueva piedra preciosa refulge con colores renovados, preñados de vanguardia electrónica, en algún punto intermedio entre Björk, Darkstar y Holly Herndon.
De semejante requiebro en su dirección musical, no sólo salen triunfantes sino que incluso integran el discurso conceptrónico de Herndon dentro de su propio códice creativo. Así sucede en el comienzo de Ventura, donde los sintes chapotean como descartes arrancados del Platform (2015) de Herndon, pero sobre todo en Cant de la Sibil.la, donde la propia Herndon participa en la construcción de semejante catedral de vanguardia vocal, en la que también aporta su granito de arena el dúo vocal de moda, Tarta Relena.
Con dicho enfoque, las canciones de este álbum transitan la cuerda del equilibrista que une tradición y gramática binaria. Como sucede en la mayoría de casos donde la ambición va de la mano de un alto grado de experimentación, lo que podría haber quedado en cobaya de laboratorio ha conseguido transcender en forma de gloriosas canciones cósmicas, guiadas bajo el manto telúrico de las majestuosas cuerdas vocales de Maria Arnal, sublime en el canto encendido de Milagro o en el impresionismo antártico de Hiperutopia, por dar dos ejemplos del rango de variables incluidos en este gran mural de melodías invocadas desde la mismísima guarida de las musas.