Abonado a las nuevas rutinas discográficas marcadas por escuchas que no lleguen a la media hora, Sen Senra reúne siete canciones abonadas al one hit wonder.
Qué: Disco (Sonido Muchacho)
Muchas ganas había de comprobar la capacidad de reacción de Sen Senra tras haberse sacado de la manga el opus urbano pop de 2019 con Sensaciones. La respuesta se ha venido cociendo a lo largo de una serie de singles que no han hecho más que catapultar su verdadero estatus de estrella pop sin techo en nuestro circo musical. La cual ha ratificado en este proverbial Corazón cromado, donde va sumando nuevos colores a su paleta sonora.
Si bien es cierto que sus impulsos creativos siguen bailando al son marcado por el Blonde de Frank Ocean, dictaminado desde el mismo arranque con Perfecto, también lo es que exhibiciones synthwave como en el primer acto de la fabulosa Tumbado en el jardín viendo atardecer, responden a una voluntad abonada al síndrome del culo inquieto. La misma que provoca que la segunda parte de este corte mute sobre un exótico colchón de producción trap.
Quizá el ejemplo más representativo de la ambición expuesta a lo largo de los siete temas aquí recogidos es su dueto con C. Tangana, en Qué facilidad, símbolo de dónde ha marcado su objetivo a medio, largo plazo. O sea, ponerse a la altura del, ahora mismo, máximo ícono generacional del pop patrio. Y es que, por medio, de filigranas sophisti-funk pop como esta, queda claro que el vigués está apostando muy alto en cada uno de los movimientos planteados desde hace dos años, como en esta inapelable colección de singles, nutritiva de principio a fin: ya sea a través del reggaetón downtempo de Wu wu, como en ese cierre, precisamente, tan a lo C. Tangana que es Me valdrá la pena.
En resumidas cuentas, este Corazón cromado es la confirmación de un éxito trazado milimétricamente desde un poso de ambición sin límites. Y que así sea por mucho tiempo.