Explorar sus pensamientos oscuros y brindar un poco de luminosidad es la apuesta del productor y músico salvadoreño Sander, que a sus dieciocho años ha encontrado voz propia en el r&b, hip hop, trap y pop de corte lo-fi.
Qué: Disco (Independiente)
Sander es un músico y productor de dieciocho años. Oculta su nombre y rostro a través de un personaje que desea que las canciones hablen por sí mismas, sin apoyos de otro tipo. Al menos por el momento. En 2020 publicó dos EPs, un álbum y más de una decena de sencillos. Esos trabajos pasaban por el bedroom pop, r&b, trap, rap, electrónica lo-fi y más. Este año metió toda esa experiencia a la licuadora y obtuvo como resultado Pink Memories.
Más que un EP, Pink Memories parece un ejercicio, una terapia, para evacuar y contar pensamientos intrusivos negativos, que algunas veces son síntomas de la depresión. Estas narraciones buscan liberar esas ideas oscuras para crear memorias buenas, o rosadas, de ahí el nombre del EP.
En el plano musical, la oscuridad está siempre al fondo, en buena parte de las bases y en letras tan confesionales como Loco o Menos 98. Pero siempre en una relación dialéctica con la vocación pop de cierta luminosidad, como en T.O.S o To The Top. El EP cierra con esa búsqueda de buenas memorias en Orion, una pieza de pop rock multicolor.
Sander ha encontrado en la música una manera de domar a sus demonios. El Salvador podría encontrar en Sander a uno de los artistas más interesantes de su generación.