Medalla retorna con un nuevo conjunto de canciones, ideales para perder la noción de los estilos cerrados y demás limitaciones creativas a las que puedan estar sujetos nuestros oídos. No en vano, estamos ante una bacanal pop que bien podría colar como una versión ibérica vigoréxica de los The Boo Radleys más chipirtifláuticos.
Qué: Disco (Limbo Starr)
Producido para la ocasión por Sergio Pérez (Svper), Medalla retorna a la acción ampliando la panorámica psych-pop enrabietada de Medalla, su anterior LP, con el que el grupo de la Ciudad Condal ya pegó un estirón considerable, ahora multiplicado en tan policromática demostración de habilidades pop como las aquí mostradas.
No hay más que dejarse llevar por el arranque de un trabajo donde Verde esmeralda y Leviatán parecen obra de un grupo con desdoblamiento de personalidad. Del pop de cámara de la primera al estridente rock alternativo noventero que caracteriza a la segunda, quedan definidos los dos lados más extremos de un cancionero templado a base de himnos cuajados en épica y desvíos ocasionales, y pertinentes, hacia la pulsión krautrock, tal que en Velázquez, o en el corazón caribeño que late en Altares, uno de los ejemplos que mejor representa la tendencia a la inflamación lírica de un ramillete de temas rebañados en fibra explosiva.
Lo que no varía nunca es el impulso energético de cañonazos punk-pop marcados por la métrica rotunda de un bajo palpitante y robusto, eje de un sonido amplificado por una formulación eléctrica tan afilada como preciosista, incluso tendente a la infección arábiga, tal como en Doce espadas, otra de las muestras que mejor definen la subida imparable de un grupo que en éste, su tercer LP, se muestra pletórico y con fuelle para dar más guerra en el futuro.