Después de abrirnos el apetito con temas como El volcán, El Momento Incómodo se lanza a la primera plana del pop-rock ardiente por medio de un EP que hará las delicias de todos los que echan de menos las bondades epidérmicas del verbo eléctrico en carne viva.
Qué: Disco (Independiente)
Desde la misma publicación de los tres singles de adelanto, la madrileña Malena Fernández ya venía advirtiendo que no iba de farol. Sumida en una tendencia anclada en los códices sonoros instaurados por grupos como Sunny Day Real Estate, conocidos como emo-rock, El temporal se hace carne por medio de un repóquer de arrebatos pasionales tapizados por orgánicas capas sintetizadas.
Capas que dan cuerpo a hijos rabiosos como el tema que da nombre al EP, donde cada palabra queda galvanizada por erupciones de subidas catárticas que, en este caso, llegan a sonar a una especie de versión pop post-metal de los The Cure de corazón arábigo.
Un corte como el señalado demuestra la tendencia natural hacia la épica, y los buenos frutos que Malena saca de su gusto por el crescendo a corazón abierto. Esto mismo sucede con Lo que no me das, donde florece un muro de sonido donde el verbo eléctrico magmático es templado con delicioso gusto pop.
Tanto esta como Mejor ahora se definen por los paralelismos que se pueden extraer con Mitski. Y es que, en un panorama donde la música urbana y el rastreo del pasado no-pop se han convertido en las formas masivas de actuación, este trabajo de El Momento Incómodo suena casi a reducto de resistencia. Y más contando con que se trata de la primera publicación discográfica de tan avezada defensora de la herencia que nos dejó la rama más emocional del indie rock gestado en los años 90.