Se estrena en la cartelera española Magaluf Ghost Town, docuficción de Miguel Ángel Blanca que presenta un retrato coral centrado en el paradigma europeo del turismo lowcost basado en el entretenimiento nocturno desenfrenado desde un tono de misterio.
Qué: Película (estreno en España)
Cercano al thriller pero sin perder de vista la comedia costumbrista, mezclando documental y ficción, Magaluf Ghost Town, cinta que tuvo su premier mundial en el prestigioso festival de cine documental Hot Docs de Canadá, se centra el el triste fenómeno que le toca vivir a los pobres habitantes de Magaluf, Mallorca, una tranquila localidad de costa que se convierte paraíso turístico lowcost y en una de las zonas más saturadas de turistas en verano.
Olor a pis y a sangre, coches de policía y ambulancias atraviesan las calles sin que nadie les dé importancia, gritos en mitad de la noche… Magaluf solo es una pequeña y tranquila localidad mallorquina a la que muchos se han aventurado a llamar la «Twin Peaks» balear. Sus ciudadanos se debaten entre el malditismo cotidiano y el genuino placer vacacional, un lugar que se ha transformado en el paradigma europeo del turismo lowcost basado en el entretenimiento nocturno desenfrenado. Así, un millón de turistas invaden las calles de Magaluf durante el verano, como si fueran espectros que transforman el espacio público en un parque temático donde casi todo está permitido.
Mientras tanto, los habitantes de Magaluf tratan de convivir con las contradicciones de ese modelo turístico que se siente como una invasión pero que también genera millones de euros en el sector de la restauración, puestos de trabajo y oportunidades para muchas personas que no podrían sobrevivir en ningún otro lugar sin las características de Magaluf.
De esta manera, la cinta muestra un retrato coral de una comunidad durante el fuera de temporada y la temporada alta, desde un tono de misterio, cercano al thriller pero sin perder de vista la comedia costumbrista, mezclando documental y ficción. Se trata de una historia de alcance internacional sobre los sueños de una localidad que solo intenta sobrevivir en un contexto turistificado, y también una reflexión sobre lo que significa ser turista en Europa.
Magaluf Ghost Town está dirigida por Miguel Ángel Blanca, que fuera cantante del grupo Manos de Topo. Su trabajo audiovisual se especializa en el terreno de la tragicomedia, las dobles vidas y la oscuridad cotidiana. Su primer largometraje, Después de la generación feliz (2014), es una obra de archivo home movie encontrado sobre las virtudes de perder la memoria y reconstruir el pasado desde la ficción. Le siguen Un lloc on caure mort (2014), documental sobre la posibilidad de gestionar la familia, la clase media y la música punk, y La extranjera (2015), un híbrido entre documental y ciencia ficción que reflexiona sobre las invasiones turísticas en la ciudad de Barcelona.
Sus últimas obras son el largometraje Quiero lo eterno (2017) y el cortometraje Corre brilla luz luz (2018) dos fábulas sobre el nihilismo adolescente y la fantasía por el fin del mundo. Ahora es el turno de Magaluf Ghost Town, un híbrido entre el terror y la comedia costumbrista en una de las localidades más turísticas de Mallorca, que reflexiona sobre los espacios turísticos en decadencia y su representación en el imaginario colectivo.
Sobre Magaluf Ghost Town, el propio director manifiesta: «La verdad es que ya no recuerdo si Magaluf es el sitio más maravilloso del mundo o una auténtica pesadilla. Llevamos muchos años con el mito de Magaluf. Yo también llegué allí por primera vez en busca de esa leyenda, saber si todo aquello era verdad. Los medios de comunicación han creado un relato muy estigmatizado sobre lo que es esa pequeña localidad de Mallorca: turistas ingleses, alcohol, peleas, sexo, sol y playa. Las noticias sensacionalistas sobre Magaluf tienen su espacio anual en los telediarios para seguir alimentando el monstruo, incluso inventando nuevos conceptos para hacer crecer la ficción: mamading, balconing, shagaluf (que viene a significar algo así como follaluf)… Magaluf es una fiesta loca sin límites, una imagen que funciona como reclamo para el ocio pero que los ciudadanos de la localidad viven como una maldición».
