El exvocalista de la agrupación Bareto lanza su carrera como solista con un irresistible recorrido geográfico, histórico y sentimental por la heterogénea y generosa cartografía de la cumbia peruana. Con este álbum, el primero de una trilogía, Mauricio Mesones se proyecta como un genuino malabarista de los ritmos tropicales que parece predestinado a llevar su música a los escenarios internacionales.
Qué: Disco (Independiente)
En el Perú, como en el resto de Iberoamérica, la cumbia jamás será un género estático o monolítico. Prácticamente cada una de las regiones del país posee una forma distinta e inmediatamente reconocible de interpretarla y «vivirla», desde la elegancia y el romanticismo de la costa norte hasta la nostalgia y la emoción heredadas del huayno en el sur andino, pasando, cómo no, por el aquelarre psicodélico de la cumbia amazónica y la eléctrica ubicuidad de la chicha.
Mauricio Mesones, quien fuera el vocalista emblemático de la popular agrupación Bareto hasta mediados de 2019, ha dedicado su primera aventura como solista a la exploración de todo el espectro estilístico que ha desencadenado el furor por la cumbia desde hace más de cinco décadas en el territorio peruano.
El resultado es fascinante: un Viaje tropical que, en tan solo siete canciones, se las ingenia para sonar no solo como un sentido homenaje a las manifestaciones más populares de una riquísima tradición musical, sino también como un itinerario sentimental, de redención personal, en el que Mesones se sirve de la amplitud y la cadencia arrolladora de la cumbia para presentar sus credenciales como compositor y solista, todo en una escena saturada de orquestas y agrupaciones impersonales que han consagrado buena parte de sus repertorios a los covers y las versiones de clásicos ajenos.
Con la colaboración de Martín Choy, fundador y exguitarrista de las imprescindibles bandas de rock Los Mojarras y La Sarita –coautor de casi todos los temas del álbum–, el trayecto de Mesones no discrimina estilos ni temperamentos. Hay lugar para la efervescencia romántica (Dijiste, La cumbia del amor), el alboroto selvático (El rapidito) e incluso los coqueteos con el folclore andino (Ya me curé). La mejor síntesis posible de todo este feliz derrotero llega con la pascana final: en La última cumbia, Mesones menciona los principales nombres del «santoral» de los ritmos tropicales en el Perú –Enrique Delgado, Chacalón, Johnny Orozco, Elmer Yaipén, Makuko Gallardo, Alberto Maraví y un glorioso etcétera– como tratando de insertarse, aun tímidamente, en un linaje que, no lo dudamos, muy pronto lo incorporará como dilecto representante de toda una nueva generación.