Una década después de comenzar sus andanzas en la ronda pop, The Free Fall Band se muestra en el momento más ambicioso y boyante de su carrera por medio de un álbum que contentará a sus seguidores y ampliará el eco de sus acciones.
Qué: Disco (Primavera Labels)
En una canción como Calle Bailén, The Free Fall Band exprime esencia pop en modo resplandeciente. Un sonido que recuerda directamente a una especie de mezcla entre los Stereolab más pop y los Avalanches de contornos funk. Con un arranque tan irresistible, resulta complicado mantener el nivel. Sin embargo, el resto de cortes que conforman este trabajo no se pierden en las comparaciones con el tema estrella del álbum. Un sonido que se encuentra en una onda cercana a la expresión ultra pop de grupos como Ellos o Parade. Precisamente, a esta última banda recuerdan sobremanera en cortes como Lobos, otro de los puntales más representativos del LP.
La fórmula fluye contagiosa y vitalista por medio de una receta barroca en la que el sexteto catalán certifica las ambiciones auguradas en anteriores trabajos, ahora formalizadas en forma de obra homogénea y con un alto nivel de inspiración en sus composiciones, en las que la vibración disco se hace recurrente a través de piezas con el candor irresistible de Furia.
En otros instantes, la irradiación pop alcanza momentos de intimismo muy cercano a los proverbios pop de Franco Batiatto. Dicho acto de magia se da en Tempestades, otra de las muestras más representativas de la sensación dulcemente evocadora que recorre la espina dorsal de un ramillete de canciones en las que el genial Miqui Puig ha dejado su huella por medio de una producción enriquecedora y sutil, ideal para ofrecer las medidas perfectas a un traje de costuras brillantes y plenas de motivos tonificantes en su lustrosa exposición pop.
