Ñamérica, del argentino Martín Caparrós, es un ensayo sobre cuatrocientos veinte millones de personas de diecinueve países en casi setecientas páginas. Números en la escalera hacia las costumbres y la economía, las grandes urbes y pueblos perdidos. Ñamérica podría ser una novela porque es la vida de un prófugo de su propio continente. Ñamérica es una bailanta mestiza de hambre y opulencia.
Qué: Libro (Literatura Random House)
Leemos en la contra de Ñamérica que es un ensayo, un ensayo hambriento en torno a los cuatrocientos veinte millones de personas que hablan español en América. Porque Martín Caparrós, uno de los periodistas y cronistas más destacados de habla hispana, trae hambre atrasada, como todo el continente, como los que sobrevivieron al Plan Austral y a los ríos de sangre de Alfredo Stroessner, como los virus que infectaron el proyecto Synco de Salvador Allende o inflaron a cocaína los campos colombianos para verlos arder.
La contra, los monos ladrones, los ricos que escapan hacia Miami montados en billetes de un billón de dólares plastificado con la piel de los cartoneros, la misma con la que resisten los poetas. En español o en las últimas lenguas rebeldes, mosquitos sedientos como un Ford Falcon verde en la dictadura argentina, como Ricardo Bochini –legendario futbolista de Independiente– combinando una pared con el Diego, plátanos machos y pasta de maíz para el apetito imparable de una sombra en el mapamundi siempre dispuesta a devorarse a sí misma, como en un ciclo celestial precolombino.
Martín Caparrós es un viajero que derrota las ciudades estado y entroniza las chozas que se acumulan junto a un río, baila tango con fantasmas en el barrio de Flores y vence sin química los males que sigue enviando la Santa Muerte a la Malinche. Con Galeano y con Colón, Caparrós no tiene miedo a perder un corazón que olvidó repostando nafta en una gasolinera camino de Mar del Plata.