En su tercer álbum, la banda de raíces colombianas afincada en Nueva York Combo Chimbita extiende y robustece su concepto futurista tropical con la conciencia en el presente, el alma ofrendada a las divinidades afrocaribeñas y la cumbia como elemental creativo.
Qué: Disco (Anti)
Con la cumbia y la tradición del Caribe ancestral como cimientos, imaginada como una senda trazada por el espíritu del jaguar que atraviesa las selvas de América y dio origen a su EP de debut en 2016, reafirmada un año más tarde en Abya Yala –su primer álbum–, y fortalecida en Ahomale –su disco de 2019–, la aventura sónica, futurista, tropical y alegórica de Combo Chimbita alcanza en Iré –su nuevo LP– un encuentro entre el presente tumultuoso y el fervor por los espíritus de la diáspora africana en medio de sentimientos de gratitud y urgencia.
Urgencia porque mucha agua y mucha sangre han corrido en los últimos dos años de un mundo en aparente pausa. Y gratitud porque este también ha sido un tiempo de transformación. Concebido y realizado en Puerto Rico, Iré recoge las reflexiones que la pandemia y las revueltas en las calles de Colombia, Puerto Rico y Estados Unidos en contra de la persecución a los marginados (población afro, LGBTIQ, pobres, etc.), fue dejando en los integrantes de Combo Chimbita, al tiempo que refleja la prosperidad sonora y espiritual de la banda.
En cuarenta y cinco minutos y doce canciones, la cantautora Carolina Oliveros, el guitarrista Niño Lento es Fuego, el bajista Prince Of Queens y el baterista Dilemastronauta, invocan a la cumbia psicodélica y al bullerengue entre aires de terapia, son, joropo, jazz experimental, blues, dancehall, reguetón, trip-hop y balada pop para ahuyentar las penas y recibir las bendiciones de los dioses. Canciones que operan como cantos tribales mántricos, eléctricos y amazónicos, tan punk y arrebatados por momentos, tan sinuosos y místicos en otros, que liberan al cuerpo y al alma, con la danza invitando a trascender en libertad.
La invitación se sugiere desde el inicio del álbum con un mantra infalible titulado Oya, se extiende en la petición al Babalawo, como se denomina a algunos de los sacerdotes yoruba o padres de los misterios. Y culmina, redonda, con la invocación a la diosa Yemayá en Todos santos, la última canción de Iré, en donde Oliveros, transfigurada en la pieza anterior titulada Mujer jaguar, sentencia mirando hacia el futuro: «Lo hecho ya está hecho».
En el medio, Combo Chimbita ofrenda a esos mismos dioses con dos canciones brillantes e infalibles; en Yo me lo merezco brota la vida cuando Carolina canta: «Donde yo camino florece el cerezo», mientras que en Lo que es mío, es mío, se resuelve el secreto del equilibrio: «Todo lo que viene pa’ mí está bendecido, si quieres saber de mí escucha mis discos».
