Entre José Martí y Fidel Castro, Carlos Granes construye a través de tres momentos la casuística de un continente. En setecientas páginas donde conviven poetas y dictadores, el ensayo del escritor colombiano es un collage asimétrico donde el lugar, Latinoamérica, tiene más de contenido que de patria, un territorio que define el concepto de Sur.
Qué: Libro (Taurus)
¿Qué es América? ¿Por qué el presidente de los Estados Unidos del norte de América termina sus almibarados discursos con un «God bless America»? ¿Pide la bendición para los herederos de Milton Nascimiento o los niños de la portada de Clube da Esquina? Un continente-río, de historias que desaparecen para surgir de manera cíclica, un lugar donde el tumulto lleva a la reflexión, con más contenido que patria.
En el ensayo de Carlos Granes encontramos tres momentos que actúan como cortaduras de Dedekind, grietas en la historia que separan de manera cualitativa y, a la vez, demuestra la singularidad de una tierra donde el hambre y la abundancia son elementos del mismo paisaje. El delirio de la Vanguardia, la intelectualidad frente al poder y las revoluciones mutando en dictaduras.
El cristianismo empapado de paganismo se convierte en liberación teológica, América latina son dos imanes girando, un lugar donde la palabra todavía tiene la categoría de sustento, pero en la que también la violencia es una forma de vida.
El tropicalismo, las locales en la calle 10 del barrio de la Candelaria en Bogotá, Alfonsín bailando Nada personal en el Café Einstein, los exiliados del faso en París, tecleando con la furia de una bomba novelas que serían una revolución, la cumbia del chino, los partidos de colores ininteligibles para el europeo medio, las poetisas suicidas, las poetisas borrachas, las poetisas ahogadas por todos los mares rodean América Latina. Como cantaba Charly García, en El Karma de vivir al sur: «Me vas a hacer feliz, vas a matarme con tu forma de ser».
