No contento con haber publicado un trabajo vibrante el año pasado, el trío Chicharrón retorna con su obra más íntima y desgarradora, diez canciones de intensidad magmática, ideales para consolidar la grandeza de un proyecto que, con este LP, se consagra como imprescindible de nuestra era pop.
Qué: Disco (Ferror Records)
Tras cuatro LPs marcados por la evolución hasta la síntesis del músculo digital, Chicharrón se embarca hacia su propia isla por medio de Erosión, álbum cuajado desde las entrañas del dolor por la pérdida de un ser querido. En este caso, de la madre de Alberto M. Vecino, cantante de esta formación de Carballo, que para la ocasión saca a la luz las interpretaciones vocales más febriles de su carrera.
No hay más que escuchar el tramo final de Somos o silencio da súa memoria loitando, arranque de un LP tallado a golpe de acústica, acordeón y teclados. Un sonido decididamente atlántico, en su concepción norteña de sentimientos, macerados desde la climatología intempestiva de un aura afilada como la hoja de un cuchillo.
De fuego y nubes perladas, así es como ha sido tallado este reguero de canciones surgidas de un acto febril, casi inconsciente, del proceso creativo. Dicha sensación está presente en todo momento. Ya sea en la emoción tabernaria de Coa indiferencia e o egoísmo das últimas palabras o en la urgencia dentada desprendida en Amasillo de nervios apuntalado, todo se mueve en una única dirección, asfaltada hacia la sublimación de la materia pop de poso lo-fi como fin metodológico. De esta formulación surge un río bravo de canciones fogueadas para aturdir la indiferencia que nos produce mucha de la música que nos envuelve día tras día.