La cuarta novela de Kirmen Uribe es una historia poliédrica y visionaria, la de la activista Rosika Schwimmer, recuperada del ámbar del olvido y que nos devuelve a un autor superdotado, con la capacidad de un demiurgo para manejarse entre lo cotidiano y lo trascendental.
Qué: Libro (Seix Barral)
Kirmen Uribe, que comenzó el siglo como una de las voces más jóvenes y contundentes de la poesía española, dio un vuelco a su trayectoria entregando en 2010 Bilbao-New York-Bilbao. Un salto cualitativo, un éxodo estilístico y vital.
Ahora, con su nueva novela La vida anterior de los delfines, confirma su estatus en nuestro panorama literario. En la Biblioteca Pública de Nueva York las cajas se acumulan cubiertas de polvo y Uribe abre cada una de ellas con cuidado y teje la biografía de Rosika Schwimmer, mujer, emigrante, pacifista y judía, a través de los ojos de su secretaria Edith Wynner.
Ambas mujeres atrapan a Kirmen y lo transmutan en Uri, vasco, escritor y neoyorquino de adopción. Uri, o Kirmen o la mezcla de los dos, regresa a su lugar de infancia, al paisaje de verdín y heroína, de lluvia y tiros en la nuca. Como un laberinto de metaliteratura, la superposición de estratos en la narración hace de La vida anterior de los delfines una figura topológica circular, donde cada hilo es una esquina y cada nudo una sorpresa.
Kirmen Uribe nos vuelve a demostrar su talento como manipulador de la literatura; pandemia, sufragismo, los años de plomo, el amor y la familia, todo convive en esta novela, un dique de contención contra la mediocridad y la frivolidad disfrazada de minimalismo en las letras españolas.