Desde Buenos Aires hasta el sur de España, Leticia Castro propone una reflexión sobre la realidad de nuestros días, no importa el camino ni el destino, no importa el lugar o el pasaporte, solo la compañía, un perro y la autora.
Qué: Libro (HarperCollins Ibérica)
Dos seres vivos en la misma dirección, la autora y su compañero, un perro, que encuentran la protección en el amor, en la soledad compartida. Dos seres vivos. Dos seres que intentan vivir. En el camino hay polvo y suciedad, la sangre no es costra, es llaga abierta.
Leticia Castro en su debut como novelista propone un diálogo entre sentientes, evitando la caricatura y respondiendo a la necesidad cristalizadora de escapar de la soledad. El dolor del exilio, de la resistencia a la química perpetua, el elemento sanador de la saliva, como alquitrán que asegura las costuras de la vida.
Lamer las heridas nos sorprende en su naturalismo exacerbado, alejado de maniqueísmos y tratamientos cercanos a la fabulación decimonónica para afrontar nuevas perspectivas de la sanación y la convivencia en el situacionismo vital de una sociedad que se recupera de una distopía inesperada. Todos somos supervivientes en el caos, rodeados de la soledad más absoluta, aunque, a nuestro alrededor, se acumulen las personas, los recuerdos o la información.
En esta casuística del que cruza un océano, Leticia Castro personaliza su anhelo y el de su compañero en busca de una simbiosis emocional que trasciende a la autoayuda camuflada para ir hacia el relato y la reflexión sobre los tiempos que nos toca vivir. Lamer las heridas es, además, un proyecto solidario, que dignifica la causa animal, una que comparte las vicisitudes que impone el mundo a la brecha de género.