Tras varios trabajos tan reivindicables como necesarios para entender que estamos ante una mente privilegiada de la actual cosmología pop española, Otro retorna con su disco más ambicioso hasta la fecha. Mega caleidoscopio donde sus diferentes identidades musicales juegan a la gran yincana pop.
Qué: Disco (Humo Internacional)
Si de buenas a primeras se puede aseverar algo del valenciano Aaron Morris, Otro, es su capacidad para fluir entre diferentes aguas del gran océano de estilos. El mismo que le lleva a recordarnos la conexión entre My Bloody Valentine y Fennesz en Apertura, para luego difuminar la electricidad de las seis cuerdas entre brumas cercanas a la crackología en Hash Heat. El procesado de la guitarra adquiere tonalidades de gran evocación, dentro de diferentes contextos, que nos remiten a la vanguardia nacida de la cosmología jazz que entronca con el axioma ambient, tal que en Cansao libre.
En realidad, cada una de las veintisiete piezas que conforman Sur son de condición libre y autónoma, como en la pauta naif sinte disuelta en Primaveral. Títulos como este último definen el jugosísimo crisol de sensaciones maceradas a lo largo de tan sembrado recorrido de ideas abstractas; eso sí, siempre con un denominador común: las texturas soft. En este sentido, la sensación generalizada nos empuja a un estado onírico central. Ambrosía al cubo de la desconexión material que nos arrastra a un lugar único de sonidos fraguados entre la duermevela y el ensueño total.
Concepto e irreverencia, como en el disco vacilón de Thinkin Oof You, se entremezclan dentro de tan descomunal mural de ideas talladas a golpe de genialidad, mantra y loop. Así es en Gang Star, hip hop hipnagógico, directamente cocinado desde el tobogán del subconsciente.
Da igual donde apuntemos, cada una de las partes que conforman este puzle a través del espejo no deja lugar a la duda: estamos ante un trabajo de esos cuya conexión con el oyente predica la necesidad del goce mutante, surgido escucha tras escucha.
