Los límites entre la música urbana y el bedroom pop difuminan en el nuevo EP de la futura pop star Simona, que en sus cinco canciones sigue mostrando un potencial, a día de hoy, imposible de prever.
Qué: EP (Yuukii)
Tras una cosecha de singles la mar de interesante, la argentina afincada en España Simona publica su primer EP. En este primer paso en largo de la polifacética voz pop nos podemos topar con varios de sus diversos yoes estilísticos, siempre con las diferentes manifestaciones del amor, y su kryptonita, como eje central de este trabajo.
En este sentido, estamos ante un conjunto de canciones que tiene bastante de conceptual. De la efervescencia nacida de la conexión entre dos personas al bajón de sentir que no todo es perfecto, los dos primeros cortes del EP sirven como forma de entrada a un diario personal masivo de las emociones.
Ambas canciones son Vino y blunt y Dolor. En la primera, bases de reggaetón minimalista se confunden con la rítmica típica del funk brasileño. Vitamina C sobre la que emerge una pequeña genialidad que cobra nuevas formas trap en el mood chill de Dolor. Precisamente, es en esta forma, casi anestesiante, de adormecer las melodías y los diferentes patrones instrumentales donde Simona encuentra su razón de ser.
No hay más que empaparse en el drum & bass difuminado cuajado para Fresh, penúltimo corte de Mimo. El mismo que encuentra un fin cálido y crepuscular bajo los sintes ambient tropicalistas de Spot, prueba certera que ratifica la dignificación de la sonoridad nostálgica como forma de comunicación pop preponderante.