Para su tercer disco, la argentina Cazzu vuelve a navegar por tres temáticas fijas en sus canciones: la necesidad del dinero sin dependencias, la lucha femenina y la sensualidad a la hora del perreo. El feat que más se destaca es el que desarrolla María Becerra en una versión sexual para el infarto.
Qué: Disco (Rimas Entertainment)
Suele pasar: la prensa, y a veces las artistas, dicen estar lanzando un disco sobre un género determinado y, en realidad, hablan de dos o tres cortes sobre un LP de diez canciones. En el caso de Nena trampa ocurre: Cazzu vuelve al trap pero son apenas dos canciones.
Después de Jefa y Nena trampa llega la base dembow para hacer Isla velde. Luego va a ir y venir, del reggaetón (Peli-culeo con De La Ghetto y Randy) al hip hop (Yo, yo y yo), pero el anuncio inicial del material perderá sentido. Esta situación en el tercer (o cuarto si se incluye a Maldades como LP) disco de Cazzu está claramente vinculada al sistema de simples y el desarrollo de la industria digital. Algo que también sucede en la música urbana mundial.
No está mal la mixtura de los LPs en este contexto pero lo que sí está en desconexión es los que piensan la obra en relación a dos o tres simples. Los discos, como en Nena trampa, pueden tener una narrativa conjunta sin necesidad de afirmar que Cazzu vuelve al trap. Y hablando de ese retorno, la jefa lo hace con todas las herramientas en la mesa. Y hasta dice: «Hijo de puta, soy el trap, yeah, ah /Ah-ah-ah / Argentina sabe que e’ verdad».
Para estas nuevas diez canciones, la compositora y cantante vuelve a navegar por tres temáticas fijas: la necesidad del dinero sin dependencias, la lucha femenina y la sensualidad a la hora del perreo. Dos buenos ejemplos son las canciones Yo, yo y yo (donde literaliza la lucha contra el patriarcado) y Maléfica que, junto a María Becerra, desarrollan una narrativa sexual al borde del infarto.
Más que atrevidas, las dos referentes de la música urbana en Argentina se mandan sin titubear y se hacen cargo de la situación. El vídeo completa una visión al rojo vivo para la sexualidad que manejan dos mujeres que hace rato dejaron de ser adolescentes.
