Tras su exitoso disco de versiones lanzado el año pasado, Gepe sorprende con un EP de cuatro canciones originales en las que invoca melancólicos paisajes latinoamericanos mientras colabora con artistas como El David Aguilar y Esteman. Guiños a la música ranchera, Los Tres y Los Ángeles Azules se asoman a modo de homenaje y de celebración de la historia personal de todo un pueblo.
Qué: EP (Quemasucabeza)
Con los ojos bien puestos en América Latina, su estética, sus paisajes y sus historias tan cotidianas como misteriosas y dolorosas, Gepe compuso un álbum de cuatro canciones que la invocan y la celebran a través de ritmos cadenciosos, letras de desamor y otras penas compartidas por toda una tierra. Desde Las 4:40, tema que da inicio a Realismo, se nos deja en claro que lo que escucharemos será un viaje nuevo por ritmos que todo buen latino lleva en el cuerpo; una travesía por el interior del continente con melodías melancólicas y relatos tristes, pero con el impulso del baile y el festejo intacto.
El nuevo EP de Gepe tiene una particularidad: es la primera vez en su larga trayectoria que el músico abre el proceso compositivo y presenta canciones coescritas. La apuesta se dio con la puertorriqueña nominada al Grammy Raquel Sofía y el productor mexicano Mauro Muñoz en Las 4:40, y con El David Aguilar –también nominado en varias ocasiones al Grammy Latino– en Coquimbo, Mazatlán. En esta última canción, los compositores juegan con la idea de dos ciudades costeras detenidas en el tiempo y el sentimiento de nostalgia que se desata mirando las olas en el crepúsculo. Esta emoción es potenciada por los guiños a la música mexicana, el fraseo chileno y una intención cercana al góspel, combinación que refleja la búsqueda desprejuiciada y libre que marca esta primera colaboración.
La colaboración junto al colombiano Esteman destaca en Ansiedá, canción con aires brasileños en el que un pegadizo estribillo se mezcla con arreglos que remiten al bolero. Aquí, Gepe relata la historia de una persona a la que le cuesta mucho estar tranquila consigo misma, una temática contingente abordada con un sonido refrescante que acerca el disco a un lugar más actual, abrazando la sensibilidad pop con la personalidad de cantautor que ha caracterizado las carreras de ambos artistas.
Realismo termina con un rasgueo y una frescura que nos suena familiar: es Gepe retomando su faceta más acústica, despojada; esa con la que, valiéndose solo de un par de acordes y una melodía suave, de ensueño, nos regala imágenes de una historia sencilla con la que todos podemos identificarnos. «Quisiera cantarte una de Los Tres, que es la única que me sé. La escuché cuando chico y recién la saqué. Una y otra vez la canté, la única que me sé», canta en Los 3s con un relajo casi palpable, como sentado en la vereda de su casa en Santiago.
Así, con esta ligereza tierna y tan cercana, el hijo ilustre del sello Quemasucabeza concluye su homenaje personal a la música popular latinoamericana, a esas canciones que marcaron su pasado y que continúan –cual brújula en medio de un frondoso bosque con infinitos senderos para tomar– guiando su presente, marcándolo con la extrañeza, el misticismo y la cotidianidad latinoamericana.
