Tremenda. Principio y origen, el flamante disco de la talentosa y cautivadora Rosario La Tremendita, ofrece dos caras de una moneda: la primera marcada por la pureza y la segunda arremolinada junto a los destellos de la electrónica.
Qué: Disco (Independiente)
Mientras el sol se desliza entre las buganvillas, las palmas se afinan al son de un mar que suena lejano pero potente. Rosario La Tremendita entrega un álbum donde se permutan los palos del flamenco, ataviada de ropajes clásicos y esbozos contemporáneos, como la colombiana que abre la grabación, Oye mi voz, acompañada por Raúl Rodríguez, habitual de Martirio y Kiko Veneno, que abre el abanico del disco.
Pero también acerca a la vida mundana, más allá de las lámparas de aceite y las noches que caen como percusiones inesperadas, un cuplé de rancio abolengo, Abuelería, con José El Tomate, donde uno elige amapolas y otras flores, voces de pasión equivocada, almas descarriadas a la vera de cualquier camino.
Estamos hablando de un disco doble, veintiuna canciones en total, que es un recorrido gravoso por la esencia del flamenco de supervivencia, el que no esconde los distintos puntos cardinales, desde rumba hasta seguidillas como Mi amante origen. «¿Quién te escribirá canciones de amor?», cantaba Morente por Cohen, como un extracto apócrifo de El cantar de los cantares, pagano en su particular leyenda. Las palmas y el toque mezclados como el aullido de una caverna que alarga las horas para no permitir que la noche llegara a su fin.
En el segundo disco hay aullidos sintéticos, de bajos que aparecen bajo el arte de la España cósmica, Un mundo nuevo es un toque empapado de raíces, porque es una revisión de los temas iniciales con la disidencia de un presente cabizbajo, dando espacio a ambientes de electrónica urbana, de afonía sampleada, escuchar la versión de Mi amante con un bajo que nos recuerda a Antonio Arias por drum & bass, resulta tan rompedor como la profunda pureza de las versiones de la primera parte.