Parquesvr prosigue su trayectoria alucinada con un nuevo corte de mangas ante todo lo que supone un ejercicio de estilo. Libertad sin coartadas para dar con un trabajo repleto de aristas y esquinas por explorar.
Qué: Disco (Raso Estudio)
Bizarros y sin brújula, así es cómo los miembros de Parquesvr se lanzan de nuevo al precipicio de su propia enajenación. Y es que da igual si se visten de synth robótico en la descacharrante Almodóvor Amenábor como si se lanzan a la épica del rock pedregoso en Ansiedad.
Da igual si es por medio de la alucinosis heavy-avant-garde de Tazas con mensajes o con el pop naif flamenco de Muchas flores. Sea cual sea la opción escogida, siempre emerge la personalidad incorregible de un grupo en el cual los extremos referenciales van de Los Chichos al bakalute-ambient pop de Arde, quema, duele.
Sin timón que valga, ni conciencia ninguna de querer dibujar viajes de agencia, así es cómo Parquesvr sigue evolucionando. Desenfreno caleidoscópico donde el humor no se vende como excusa simpática, sino como tripi de doble gota contra la mediocridad y los lugares comunes. Los mismos de los que la banda madrileña parece querer escapar continuamente, con inusitado éxito.
Y lo ha hecho por medio de un trabajo que por muchas veces que se lo escuche, jamás se le va a encontrar el sentido, ni falta que hace. En su salvajismo, es cómo Parquesvr es grande y se siente capaz de hacer dobles mortales hacia adelante como este LP no apto para cabezas cuadriculadas. Si lo que necesitas es una lobotomía contra la normalidad, no lo dudes: este es tu disco.