Tras haber irrumpido de forma torrencial a nivel mundial, de México a Alemania, con su sus primeros singles, Vega Almohalla, una nueva figura de la generación Z, se descubre ante el mundo con su desbordante primer LP.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Siempre desde el plano confesional, Vega Almohalla se muestra en su debut en largo como una de las voces más relevantes entre las nuevas camadas que van a marcar las tendencias en los próximos años, con ejemplos tan evidentes como Judeline, Luna Valle o Lusillón. Este patrón de creadoras pop enganchadas a los modos bedroom pop es el que va a dictaminar los gustos de los próximos años.
Todo ello gracias a LPs como el que hoy nos atañe. Uno donde resplandecen retratos generacionales de música urbana esquelética como en la brillante Chin chin. La sugerente producción llevada a cabo en este corte por Twenty IX es la dinámica general de Amapola, todo un crisol de emociones encapsuladas en sutiles fragancias donde los géneros son disueltos en soluciones donde, por ejemplo, el reggaetón es tapizado de terso barroquismo soul, tal que en Troleo. Luego, en Sabiendo que mata el acervo flamenco se impregna de r&b Siglo XXI. Toda una red de rostros estilísticos cruzados en cortes bipolares rebosantes de poesía cuajada en suave deje urbano.
Todo en este álbum brota como una fragancia disuelta en el aire, sonoridades de rotunda contemporaneidad que la jovencísima Vega Almohalla sabe trasladar a un personalísimo terreno de sonideros que apuntan hacia una única dirección posible: la constatación de un genio en ciernes que, tras la publicación de este Amapola, ya puede presumir en la farándula pop de ser uno de los talentos a tener en cuenta para definir las líneas futuras del relato que marca nuestro día a día generacional.