¿Dónde estabas tú cuando llegó la mezcla definitiva? Cumbia y folclore, psicodelia y bailanta. Llegan Soria (Lorenzo) y Orellana (Sebastián) y juntos montan Caleuche.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Estamos donde el humo liberó a todos los animales del zoológico y pidió sitio para una pareja más, dispuesta a organizarles una fiesta: palmas y Esquivel, el que inspiró los mejores momentos de Camilo Lara al frente de Instituto Mexicano de Sonido.
Sube los bpm para que el beat de Os Mutantes no sea tropicalismo, más bien un cencerro que saque al Professor Angel Dust de la trena y le deje volver a los platos. Es un soundsystem al que metes un cantante melódico, al Andrés Calamaro más experimental, con guitarras que puntean como si fueran de verdad, volviendo a los tiempos en los que Telephunken sampleaban a Gualberto… quizá esta parte la hemos soñado, embriagado de pisco y rebujito.
Mezclar con platos sacados de un rastro castigado por el sol, así suena El vaso, ritmos de película de serie B, con el malo en la puerta. Xavier Cugat es un muerto viviente que busca bajos y sección de metales para volver a la acción, Silvio por Puerta España en El caminar, todo se mezcla y se agita, así es el teclado tocado con un dedo, el sintetizador con emulador de dub, desde Londres Dub Pistols, desde aquí Lorenzo Soria –miembro de Califato ¾– buceando en las cubetas de las tiendas más recónditas del sur alguna cara B de Lole y Manuel de donde sacar el sample de Tus ojitos moros.
En el camino nos encontramos todos, cada uno armado de una fórmula distinta, rapeando como Bomba Estéreo, como si el reggaeton no estuviera prohibido en el futuro, globos de agua llenos de ácido, deja que se cubra tu piel, qué calor, canta conmigo, «achedoso, achedoso» como termina Caleuche, con El caminar. La revolución será televisada, pero para eso tendrás que sintonizar el canal más profundo de tu receptor. Ya están aquí, Soria & Orellana (Sebastián), ya está acá Caleuche.
