Con la heterodoxia pop por montera, así es cómo se presenta Kokoshca en Nuestro futuro, flamante EP rebozado en policromático tapizado en distopías varias.
Qué: Disco (Sonido Muchacho)
Con el fin de hablar de ese futuro sin futuro y esos pasados sin pasados, Kokoshca se alía con Erik Urano en Futuro, perfecto puerto de entrada para caer en su oda al synth robótico de pura cepa. El mismo para el que parecer haber nacido el flow algebraico de Erik Urano. De estos moldes, brota uno de esos estribillos mágicos que sólo la banda pamplonica sabe sacarse de la manga.
Tampoco anda falta de magia Curado de espanto, corte en el que el grupo se marca un chute de épica cervantina, con subidas melódicas que son pura efervescencia pop.
Autodestrucción y salvación se dan la mano en una de esas típicas cabalgadas sin frenos hacia la intensidad dulcificada en la que tan bien se sabe manejar Kokoshca. Y es que hay cosas que nunca cambian, ni falta que hace. Y si tienen que cambiar, que sea por medio del ritmo The B-52’s que se marcan en Chubi chubi, en la que participa Kiliki Frexko, de Chill Mafia. El resultado es de dibujos animados. Fascinación por la colisión post-punk colorista con la ética autotune. Todo cuadra en este hit de pura cepa.
El disco termina con el synthpop aerostático de Cara de pena. Magia en estado puro, que nos hace pensar tanto en una versión cyborg de Cocteau Twins como en La Bien Querida más retro sci-fi.
Con esta última esquina se cierra el cuadrado mágico preparado para la ocasión, que suma nuevas razones para hacernos creer en la relevancia de su próximo paso discográfico en largo. Mientras tanto, nada mejor que empaparse con cuatro de sus piezas más rutilantes hasta la fecha.