Tras haber pasado como un ciclón por las plataformas de escucha, ya tenemos el debut de Lusillón, trabajo que nos presenta a una joven artista que se reivindica como una de las voces más originales del actual bedroom pop español.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Pocas veces la descripción de una nota de prensa será tan afinada como la que Mushroom Pillow ha realizado del primer LP de Lusillón. En la misma, describen su primer LP como una versión millenial de Jeanette, Julieta Venegas o Astrud Gilberto. Quizá habría que cambiar el «o» por el «y» para captar en toda su esencia la idiosincrasia que mueve a esta autora de pop minimal, alambicado entre la saudade de la bossa nova y la sinuosa onda soul que sobrevuela en cada una de esta decena de canciones.
El encadenado de temas ensamblado reproduce el tic-tac emocional de la intimidad milenial pos-Covid. Una suerte de cortes perezosos, sumergidos en sano costumbrismo emocional. El mismo que empapa cada átomo de cortes de empatía al primer contacto como El mismo plan o Hazlo más fácil. Ambos ejemplos reproducen al dedillo lo que Lusillón esconde en sus entrañas: un sentido surtido de emociones adolescentes que se pueden entender como la renovación del concepto de himno generacional tras el asentamiento del trap como nueva forma dominante de producción.
No es así en la dulzura desarmante desplegada en Hoy no quiero darte flores, en la que las reminiscencias con Jeanette surgen con orgullo de mostrar a un talento capaz de hacernos recordar la ternura abisal de la que fue voz de los imprescindibles Pic-Nic. Luego, en Me quiero ir los actos reflejos representan inequívocas formas del mood C. Tangana, en lo que supone el arranque de un tramo final que constata las virtudes avistadas a lo largo de tan prometedor debut.
