La alemana afincada en Gijón Fee Reega prosigue su trayectoria discográfica con su álbum más lúcido hasta la fecha, un dechado de virtudes que encuentra su razón de ser en la personalidad insobornable de la propia artista.
Qué: Disco (La Synthesis)
Siempre con la caña puesta en el corazón del relato, así es cómo Fee Reega desenvuelve su modus operandi a la hora de montar sus canciones. Cantos forjados desde la ventana de la observadora de gran angular que propone en su álbum Zoom y que presentará en directo en el Café Berlín de Madrid el próximo 4 de febrero.
Desde la atalaya de quien afina las vidas de su carrusel de personajes a la deriva, Fee Reega ha tejido un mural en cinemascope con brío fronterizo y sonideros folk escupidos desde la dialéctica de la sal y la tierra. Heridas y cicatrices del alma aquí cuajadas desde un prisma de mirada caleidoscópica, pero siempre enfocada desde la unicidad de las canciones dulcemente envenenadas por Fee, capaz de abrir vetas en el espacio-tiempo hacia what if? tan sugerentes como una mutación astur-bávara de Mazzy Star o el sueño imposible de unos Flying Saucer Attack de condición norteña. Diferentes realidades encauzadas desde una única misión: despejar la X que despierta la melancolía de vivir.
Con esta simiente, surgen nuevas gemas a guardar en su cancionero, como Barrio o Transparente, pruebas fidedignas de su habilidad para jugar con las tonalidades del idioma castellano a través de imperfecciones lingüísticas que, en su forma final, devienen en rúbricas personalizadas de un estilo avalado por su unicidad a prueba de bombas.
Así sucede también con el resto de compañeras de viaje, impulsadas por la inspiración sin filtros de un ser abonado a su facilidad para moverse con total libertad por las laderas fonéticas de sus palabras cantadas. El resultado final es tan sugerente como su premisa instrumental, cocinada a lomos de una perspectiva folk de los tempos slowcore que hace de este su trabajo más redondo y heterodoxo hasta la fecha.