Bases electrónicas para Dani, voz que susurra los misterios de la vida y la noche para nosotros. La voz de la gallega nos regala ochenta viajes alrededor de la fiesta y ochenta madrugones para respirar el desorden de la ciudad.
Qué: Disco (El Volcán)
Posdata de Dani, un viaje al corazón del desamor, a lo agridulce de la esperanza Junto a Aaron Rux, la nueva generación que une programaciones con palmas. Canciones como Ceras rosas, con fraseo europeo y acentos sobre la sensación de soledad. Cajas de ritmo y dolor de garganta, aullidos a la luna, un poco de dulzura en Códigos, sonido de electropop para una generación que busca volver a la discoteca.
Canciones para abrir sesiones, canciones para cerrar relaciones. De Vigo a Madrid, extrañando el Código de Barras y las arena de Samil. Programaciones de Golpes Bajos por Malasaña, Dani, compositora e intérprete, suena a Marisol pasado por La Casa Azul, a la Hardy con producción de Aaron Rux. Me da igual es una carta de agridulce pasión por la ciudad que la recibe.
Desde Vigo hasta Madrid, cada esquina es diferente, conteniendo historias como las de Stereolab, como las que Teresa Iturrioz dibujaba junto a Ibon Errazkin en Single. Habíamos escuchado Lento, un mediotiempo que pinta con gusto los sinsabores de una ruptura, con palmas y guitarras, con colchones programados que sirven de armazón perfecto para las composiciones que emparentan con el folk de Daniela Lalita o el Donosti Sound, rumba y percusiones.
Algo de bossa nova a lo Maria Rodés, impermeable azul para una estación de autobuses en Drum & Bossa, Dani tiene una manera de usar las distintas especias de los estantes o los colores de la paleta que hacen que el disco Posdata sea un catálogo burbujeante de sensaciones que pivotan entre lo urbano, el amor distanciado y la electrónica. Pensar en esta generación que busca el reflejo en Isobel Campbell o Isabella Summers, armadas de folios, de guitarras afinadas con silbidos, de ordenadores con bases en pisos de domingo. Una generación que no se deja atrapar por la resaca de los tiempos. Ni de las noches.