Han tenido que pasar siete años de espera, pero por fin tenemos el tercer álbum de Repion entre nosotros. Y lo que se disfruta, poderío angst post-grunge que nos transporta a su demostración de inspiración más brillante y palpitante hasta el momento.
Qué: Disco (Mushroom Pillow)
Voces preclaras de las modalidades de comportamiento millennial, eso es lo que es este power dúo. Algo muy bien descrito en la nota de prensa del presente álbum. Más allá de esta evidencia, lo que tenemos aquí es nada menos que una demostración plena de poderes a la hora de quebrar el reflejo en pos de la rúbrica personalizada.
Sólo así es posible retorcer referencias como Throwing Muses y Come, y adaptarlas en formatos de canción menos heterodoxos, pero conservando la energía proyectada por dichas influencias. Más allá de esta vía abierta, perfectamente reconocible en cortes como Brillante o Pronto, las canciones aquí reunidas también son capaces de mirar de tú a tú a la Christina Rosenvinge más pop, en Barrio Somavilla o de adoptar la semántica de Tahures Zurdos para regalarnos joyas como Tu/Mi colonia.
En todo momento, arrecia una imponente fragancia lírica que empapa de dulzura y tensión emotiva cada rincón de este trabajo. Uno repleto de ganchos irresistibles como La madriguera o las tan Pixies En todo momento y Qué soy yo para ti. En cualquiera de sus diferentes caras, Repion sale victorioso por medio de una imponente capacidad para transmitir sinceridad en cada una de sus inflexiones vocales, golpes de batería y explosión eléctrica.
Mimbres de una fórmula que no se basa en la búsqueda desesperada de la originalidad, sino en la autonomía que concede atesorar temazos del calibre de Sin hablar o Una sonrisa, por nombrar dos entre tan sembrada colección de robos en la casa de las musas.