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Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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viernes 22 de noviembre de 2024

De reciente estreno en Netflix, la exitosa serie argentina creado por Santiago Korovsky es una comedia picante que se explaya entre los límites de la corrección política para burlarse de cierto clima de época signada por falsos progresismos y generaciones de cristal. Una primera temporada de ocho episodios de media hora que pasan volando como un tiro de carcajadas.

Qué: Serie (disponible en Netflix)

Es un pésimo día para Felipe (Santiago Korovsky, que además de dirigir y coescribir, protagoniza): su novia lo deja, su padre lo despide de su empresa y encima le roban la mochila donde lleva el dinero de la indemnización. Cuando va a la comisaría para hacer la denuncia, en una serie de malos entendidos, termina formando parte de la flamante guardia urbana de la Policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero la División Palermo –barrio porteño insignia de la juventud de clase media moderna y progresista, la elección no es casualidad– tiene una particularidad: busca a través de sus miembros un gesto de diversidad e inclusión.

De esta forma, entre los compañeros de Felipe –quien se ganó su lugar entre las minorías por ser judío– hay una chica en silla de ruedas (Pilar Gamboa en el papel de Sofía), un ciego, un enano, un inmigrante boliviano, una chica trans, un gordo y un anciano. Todos ellos comandados por Miguel, un jefe con demasiado entusiasmo y una prótesis por brazo interpretado por Daniel Hendler, que sorprende por sus dotes para la comedia.

División Palermo

La premisa es un delirio que da forma a una sátira grotesca que esconde comentarios sociales más sutiles. Nadie en la guardia sabe lo que tiene que hacer ni le importa, no hay ningún tipo de conciencia cívica, sólo están allí por el dinero. Por otro lado, a las autoridades tampoco le importa demasiado capacitarles y darles acciones específicas, sólo les usan como plan de marketing para lavarle la cara a las instituciones policiales y hacerlas más amigables.

Porque si hay una inclusión forzada, sin dudas es esa. Nunca se nombran políticos o partidos pero la alusión a la actual gestión de gobierno de la ciudad, con sus falsos discursos de igualdad para maquillar agresivas políticas neoliberales, es bastante evidente.

División Palermo resulta dinámica, es muy fácil de ver y tiene un poco de todo. Hay acción y hasta una violencia inusitada para este tipo de comedias, como cuando el grupo termina tras la pista de una banda narco muy pesada y algo caricaturesca; hay romance de lo más torpe entre Felipe y Sofía; hay sátira y crítica social, muchos gags visuales y absurdos y un humor negro muy inteligente que logra que nos riamos de todo sin culpa alguna.

División Palermo

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