En su tercer disco de estudio, el quinteto de Buenos Aires Isla de Caras mantiene la elegancia indie pop que lo caracteriza pero evoluciona hacia un sonido que deja de lado cierta languidez para aumentar los BPMs y meter un pie en la pista de baile.
Que: Disco (Costa Futuro/Rock City)
Como si abre Gran turismo y de entrada la predisposición es distinta: ganas de desperezarse y mover un poco el cuerpo. Pero hasta ahí, con cierta timidez, porque los liderados por Lautaro Cura tampoco piensan perder la compostura. En aquella primera canción, el colchón de teclados que te sumerge en una ensoñación no puede faltar pero los sintes están más inquietos que nunca y saltan de acá para allá.
A lo largo del disco, habrá una base más marcada que en trabajos anteriores, con un bajo con más groove, por momentos casi funky. Y las guitarras no se quedarán atrás, con una paleta más variada, entre cuerdas españolas, efectos varios que se sienten como filos o algodones y hasta coqueteos con la bossa nova.
Esas vibras brasileñas se cuelan en Mi droga favorita, tercer single y adelanto que más entusiasmó a los fans en otra muestra del viraje que está tomando Isla de Caras. En colaboración con la banda mexicana Little Jesus, el tema es versátil y fluye entre elementos orgánicos y electrónicos con total naturalidad y alegría. Terca, el primer single, presenta una melodía y un estribillo juguetón y con su letra despechada, ya desde su título remite directamente a Babasónicos y cuesta no esbozar una sonrisa. Cortita y efectiva, es otro punto alto de Gran turismo.
«Lo hago por veneno/ lo hago por amor/ detalle incierto», canta Lautaro con voz etérea e imperturbable ya hacia el final, en Adolescente, y ese fragmento podría ser representativo del humor letrístico de Gran turismo. Los vínculos amorosos como ambigüedades que se sostienen peligrosamente de un hilito. Todo puede estar muy bien hasta que todo puede estar muy mal en un segundo y la ansiedad que esa volatilidad genera. No por nada un tema se titula Discoteca (Wong Kar Wai), en referencia al maestro oriental de los amores conflictivos del séptimo arte.
Con la habitual producción de Matías Cella, ahora también se sumaron Nicolás Teubal y Bernardo Ferrón –de la banda cordobesa Telescopios– para agilizarle a Isla de Caras el paso al siguiente nivel de una carrera que avanza a paso firme.