Después de inaugurar el Festival checo de Karlovy Vary 2023, llega a la cartelera española la comedia dramática Las chicas están bien, opera prima de la actriz Itsaso Arana sobre un grupo de chicas que se reúne durante unos días de verano para ensayar una obra de teatro en una casa apartada.
Qué: Película (estreno en España)
Con el objetivo de ensayar una obra de teatro se reúne en una casa apartada un grupo de amigas. Allí, además de ensayar, intercambian vivencias y pareceres y se tratan temas como la amistad, el amor o la muerte. De esta forma, la película da lugar a un cuento de verano sobre la convivencia entre cuatro actrices y una escritora que ensayan una obra de teatro en un antiguo molino apartado del mundo. Es la trama que propone Las chicas están bien, debut en el largometraje de la actriz Itsaso Arana.
Los días de ensayo irán marcando a las chicas: se irán conociendo mejor a la par que comparten sus experiencias y aportaciones de sus propias vivencias alrededor de los diversos y profundos temas de sus personajes, como son el amor, la fe o la amistad a la par que dan forma a un cuento de verano en el que cuatro actrices y una escritora pasan una semana de verano en un antiguo molino para ensayar una obra de teatro.
Sobre su película, cuyo rodaje ha tenido lugar en un antiguo molino del Siglo XVII situado en Nistal de la Vega, León, Itsaso Arana declaró al portal Cineuropa: «No sé qué género tiene la película, porque no es un documental ni ficción, es un poco de época y a la vez moderna… a veces gamberra, divertida, ligera; encuentra su propio género, que ha salido de forma natural, desde dentro hacia afuera. Yo no la ruedo para ilustrar ninguna idea, aunque sí es una declaración de amor a las mujeres de mi vida, en concreto a cuatro amigas actrices que se prestaron a esta aventura generosa donde vierten vivencias personales, siendo un riesgo para ellas exponerse de esa manera. Y lo que más me gusta ahora, la primera sensación después de haberla parido es que se percibe la ternura desde donde está concebida, su suavidad y delicadeza, pero también tiene algo sorprendente y, a su manera, asilvestrada. Me siento orgullosa de haberle encontrado su propia naturaleza y escala: humana, pequeña, rodada en quince días y que, de repente, se ha visto en un escaparate internacional como este festival. La rodé sin mucha pretensión y ha podido mantener esa naturaleza hasta el final».