Con su alma castiza y descreída, la actitud socarrona, el apabullante domino del arte del riff y el no querer hacer nunca lo más evidente, Los Enemigos se convirtieron en santo y seña de una forma de hacer rock urbano. Se retiraron hace casi quince años, volvieron en olor de multitudes hace dos con La Revuelta Enemiga y ahora el gusanillo y el roce han posibilitado la salida del concienciado y concienzudo Vida inteligente. Hablamos con Josele Santiago (voz y guitarra), Fino Oyonarte (bajo y voz) y Chema «Animal» Pérez (batería).
Una de las razones que disteis cuando os separasteis era el aburrimiento de vosotros mismos…
Fino: Antes básicamente vivíamos en el local, estábamos todos los días trabajando, nos veíamos mucho las caras. Ahora nos vemos menos… Y estamos bien, contentos. La Revuelta ha sido muy gratificante, tanto por la respuesta del público como por nosotros. El repertorio de siempre sonó muy vital y ahora estamos emocionados con este nuevo trabajo.
«El objetivo original no era más que hacer cuatro bolos. De hecho nos preguntaban si teníamos pensado sacar algo y decíamos que ni puta idea»
El disco ha sido inesperado, se supone que La Revuelta era algo puntual.
Josele: Ha sido un sorpresa para nosotros. No estaba en los planes cuando nos reunimos. Se fue dando una predisposición muy natural a ello. El objetivo original no era más que hacer cuatro bolos. De hecho nos preguntaban si teníamos pensado sacar algo y decíamos que ni puta idea. Y esa falta de presión nos ha ayudado mucho a encontrar espacios de trabajo.
Fino: Ha sido algo inesperado. Cuando nos juntamos no nos imaginábamos que íbamos a hacer un disco, pero tampoco cerramos la puerta a nada. Pensábamos girar cosa de un año, pero se ha ido alargando en el tiempo. Lógicamente comenzaron a surgir canciones. Josele nos comentó que tenía ideas nuevas, que podíamos ir probando, que igual sacar un EP. Se nos fueron ocurriendo una serie de cosas porque quieres seguir ofreciendo Enemigos, porque estás a gusto con lo que estás haciendo y entonces merece la pena continuar.
El disco va muy a la raíz de vuestro sonido. Muy directo.
Fino: Curiosamente, en vez de haberle metido cincuenta mil arreglos, ha sido todo lo contrario: tocamos todos a la vez, sin meter luego arreglos sofisticados, apenas alguno. Hemos querido que sea sencillo, orgánico y directo.
Josele: Hay que destacar la labor de Calos Martos en la producción, él ha sido muy importante en toda la historia. Tenía que ser él. Ha estado viviéndolo mucho, ha sido uno más.
¿Pensasteis en algún momento que tras tantos años podíais sonar a algo que no fuese Los Enemigos?
Chema: No era sonar a otra cosa, pero claro, pasa el tiempo y nosotros a lo mejor no nos damos cuenta de que puede haber habido cambios. Llevamos muchos meses con estas canciones y no sabemos realmente.
Josele: Suena a Los Enemigos. Supongo que se trata de mantener la coherencia.
Lo tituláis Vida Inteligente.
Josele: Así se llama una de las canciones, pero es que además, como concepto para el disco, nos cuadraba. Estábamos en el local, contándonos lo que había sido de nuestras vidas, y decíamos que todo se había vuelto «inteligente» de quince años para acá… y luego resulta que no, que todo se ha ido a tomar por culo. Era jugar un poco con eso.
¿Cómo encajan las nuevas canciones en un repertorio ya lleno con vuestros clásicos?
Fino: Mola hacer el disco completo. Lo pide el cuerpo. Al menos en salas, antes de los clásicos tocar el disco completo. Luego en festivales se dinamiza mezclando los tema de siempre y los nuevos.
Vida inteligente está editado por Alkilo.