Amparanoia nació en el multicultural barrio madrileño de Lavapiés en 1996 y poco a poco se convirtió en uno de los grupos emblemáticos del mestizaje español. Tras una intensa y fulgurante carrera, la banda se despidió en 2008 y desde entonces Amparo Sánchez se ha centrado en su carrera en solitario. Pero ahora el gusanillo le ha vuelto a picar y retoma el proyecto que cerró hace una década publicando El coro de mi gente, disco en el que reúne a un puñado de grandes artistas para revisar su cancionero más emblemático.
Enterraste a Amparanoia y ahora la resucitas ¿Dónde queda entre tanto Amparo Sánchez?
Voy asumiendo que soy la misma persona. Con el proyecto Amparanoia llegó un momento en que yo necesitaba crecer y experimentar. Tuve la oportunidad de editar esos discos como Amparo Sánchez y además publicar mi libro La niña y el lobo o producir a otros artistas. Ha sido una época muy fructífera, de mucho crecimiento musical y personal. Con Amparanoia, Amparo Sánchez sigue ahí, en medio de todo, pero ahora mi atención se centra en este bebé que acaba de nacer, que tiene veinte años y que necesita toda mi atención y mi tiempo. He acabado el disco, y ahora estoy preparando y trabajando los directos, para que sean la bomba y lo disfrutemos un montón. Ya se verá en el futuro que piensa hacer con su vida Amparo Sánchez (risas).
La reunión celebra los veinte años desde la edición del primer disco de Amparanoia, aunque finalmente se ha convertido en otra cosa no tan centrada en vuestro debut.
La primera idea fue remasterizar El poder de Machín, o regrabar algunos temas… no estaba todo tan planeado. Pero resultó que tenía esta canción, El coro de mi gente y, cuando la escuchó Dani Macaco me dijo: «¡Guau! tenemos que trabajar juntos en este tema». Entonces me di cuenta que ese era el título del álbum. Ya había empezado a hablar con otros posibles colaboradores, y todo el mundo me iba diciendo que estaría encantado de participar pero, por ejemplo, los de Calexico me pidieron hacer Iluminado, porque era su canción favorita, o Fito me dijo que él quería hacer La fiesta. Canciones que ya no eran de El poder de Machín. Así que nos fuimos adaptando a lo que los artistas iban solicitando…
«Con Amparanoia, Amparo Sánchez sigue ahí, en medio de todo, pero ahora mi atención se centra en este bebé que acaba de nacer, que tiene veinte años y que necesita toda mi atención y mi tiempo»
Has dado manos libres a los colaboradores a la hora de encaminar las versiones.
Al final son quince canciones. Hay una inédita, El coro de mi gente, que a la vez es un título que representa tanto a la gente que está en el disco, como a mi gente, que es el público, el que va a gozar con el álbum y con el directo. Las otras catorce canciones son las revisiones que han querido hacer cada uno de los colaboradores. Yo participo de alguna manera, pero son ellos los que han dado la vuelta a los temas. Una revisión a canciones que son míticas pero que están actualizadas a este 2017: hay mucha cumbia y sonido electrónico. Es un disco curioso que contiene muchos estilos, un álbum como todos los míos: muy ecléctico y con muchos invitados. Me siento muy reconocida en lo que mis compañeros han hecho con mis canciones.
Te arropa una ristra de compañeros de viaje donde figura lo más granado del mestizaje: Macaco, La Pegatina, Aterciopelados, Chambao… Lista que encabezan dos de tus compadres desde los inicios, Manu Chao y Fermín Muguruza.
Manu es el padrino de Amparanoia, nos apoyó siempre, desde el inicio del proyecto en Lavapiés. Se llevó en su maleta mi disco y lo fue repartiendo por el mundo. Quiso grabar En la noche. Podía haber elegido cualquier otra porque muchas son muy cercanas para él, pero ya la había grabado hace veinte años con mi hijo cantando y fue muy emocionante juntarlos de nuevo tanto tiempo después a regrabar la misma canción. Sorprende el tono grave de Manu, un registro suyo no tan conocido.
Fermín tampoco podía faltar, tenía que estar sí o sí. Si Manu es el padrino, Fermín es el primo. Siempre ha estado apoyándome en todo y nos queremos muchísimo. Escogió La semana (versión de Police On My Back, de The Equals que popularizase The Clash en Sandinista. N de A), un tema que tenía que estar, una revisión en la que se toma tanto de The Clash como de su autor original. Fermín la grabó en Pamplona con una brass band enorme. Por cierto, uno de los trompetistas ya había grabado en El poder de Machín. Son cuarenta músicos que te llevan al carnaval de Nueva Orlenas sin perder el espíritu punk y reivindicativo de la versión de Amparanoia de La semana.
Veinte años de El poder de Machín
Llama la atención la participación del rockero de base Fito Cabrales, que además ataca en acústico La fiesta.
Con Fito hemos tocado juntos muchas veces en el pasado, en muchos festivales. Y hemos coincidido en varios momentos de nuestras carreras. Nos conocimos mejor en una canción en la que ambos participamos porque nos juntó Pedro Guerra; fue en un disco de duetos, 14 de ciento volando de 14, con música de Pedro y poemas de Joaquín Sabina. Nos veíamos desde hacía tiempo, pero ahí fue donde nos conocimos realmente, como Fito y Amparo. Después nos hemos ido viendo y cuando le conté que estaba haciendo este disco, me dijo que él quería estar y hacer La fiesta. Me encanta la versión que ha hecho, rompe muchísimo con el resto y lo canta con un sentimiento maravilloso ¡Una canción tan importante de mi carrera cantada por un maestro así! Le acompaña Carlos Raya, son solo dos guitarras y las voces, y la emoción es máxima.
Se te reconoce como una de las pioneras de la música de fusión en España. ¿Cuál crees que ha sido tu aportación?
Creo que la experimentación musical, no tener miedo de que algo gustara. El poder de Machín era un puñado de canciones que ya venía cantando por los barrios madrileños de Lavapiés y Malasaña, y que de pronto entraron en un álbum que a la gente le encantó. Después vino Feria furiosa, que era el resultado de muchísimos conciertos y una banda muy unida. Empezaron a aparecer muchos invitados en ese disco, desde Mucho Muchacho (era impensable en ese momento que un rapero se juntara con alguien que hacía mi tipo de fusión), a Manu, Juanlu de Ojos de Brujo, Tonino Carotone o Dani Macaco. Luego nos fuimos a un disco más electrónico, Somos viento, que supuso mucha novedad, nadie lo esperaba; para mí es un álbum increíble, todo un viaje al zapatismo y a México. Luego La vida te da, donde vuelvo al origen más acústico de El poder de Machín, y nos despedimos con el directo Seguiré caminando. Y ahora El coro de mi gente, que es un poco todo eso más la experiencia de todos estos años.