Cuando se llevó a cabo esta entrevista en São Paulo, corría 1999 y Arnaldo Baptista no solía atender a la prensa. Gracias a un conocido en común pudimos entrar en la casa del cerebro del mítico grupo Os Mutantes y hacer una maravillosa nota que publicamos en el número 18 de Zona de Obras, en el marco de un extenso informe dedicado a Brasil. Aquí nuestro encuentro con el genio tropicalista hace más de veinte años.
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Entrevista realizada en 1999 y publicada en el nº18 de Zona de Obras
Medianoche en la ciudad más caótica y apasionadamente violenta de Brasil, medianoche en São Paulo. Desde aquí arriba –estamos en un piso quince cerca del barrio de Pinheiros, en el corazón de la ciudad, si es que se puede decir que esta ciudad tenga uno– uno cree que lo ve todo. Arnaldo Baptista, miembro fundador del gran mito del rock brasileño de los 70, Os Mutantes, sube por el ascensor en compañía de su mujer. Entonces Michael, dueño del piso, excelente barman, erudito en música brasileña y organizador del encuentro excepcional entre Zona de Obras y el músico (que no atiende a la prensa, que vive discretamente en el vecino estado de Minas Gerais), nos advierte sobre lo peculiar del personaje que está a punto de entrar. No esperes a un tipo cool, al típico músico-leyenda de vuelta de todo y con pose resabiada. Olvida las estampas psicodélicas del trío –Arnaldo, Rita Lee (su esposa en aquellos tiempos) y Sergio Dias Baptista (su hermano)–, olvida esa imagen de estudiantes en ácido tocando con Gilberto Gil en los míticos días del tropicalismo. «Arnaldo está…», informa con voz dubitativa Michael mientras la pantalla de cuarzo líquido del ascensor indica que ya casi está aquí, «…bueno, lo notarás enseguida».
Y entonces termina la química. Arnaldo también se va del grupo; va a comenzar una carrera en solitario tan poco prolífica como laureada por los entendidos y por las siguientes generaciones de rockeros. Su LP Loki sale en 1974; Singin’ Alone, en 1982. Entre medias trata de suicidarse arrojándose desde la ventana de uno de los numerosos hospitales psiquiátricos que visita en todos estos años. Se rompe casi todo, incluido algo en la cabeza. Su hermano Sergio se queda en la banda, que sigue en activo parcheada con distintos músicos cuya imaginación y carisma jamás llegan a alcanzar los de Rita y Arnaldo. Mutantes aguanta varias formaciones hasta que el nombre desaparece a finales de los 70.
Ahora, gracias a que David Byrne les ha lanzado la antología World Psychedelic Classics: The Best of Os Mutantes / Everything Is Possible y a que han sido descubiertos por Beck o Beastie Boys, la modernidad ha oído sobre su genialidad y quiere saber sobre ellos. Pero atención, estamos frente a la puerta de un ascensor que está a punto de abrirse.
SAÕ PAULO, ANTOFAGASTA, PANAMÁ
Entra Arnaldo con su esposa, la dulce Lucinha. Su risa floja y gangosa, su porte infantil casi de tonto del pueblo y su pinta de alunado te dejan a cuadros. Pronto caes en la cuenta de que las únicas fotos del Mutante que se ven por ahí pertenecen a su juventud; no abundan las fotos posteriores al accidente. Quién está preparado para descubrir que el pianista prodigio de pop tropicalista de finales de los 60 y los 70, que uno de los grandes pioneros del rock brasileño, está tan… tan dañado. Pide whisky con mucho hielo, enciende el primer cigarrillo de una cajetilla nueva que desaparecerá antes de una hora, expele una tos podrida y se anima a hablar en español. En sus recuerdos, Arnaldo aparece en Chile.
– ¿Antofagasta has dicho?
– Sí, en Chile. Crucé el desierto de Atacama. Estuve viajando durante nueve meses en moto con un amigo. Hicimos 30.000 kilómetros. Él llegó hasta Canadá, yo me quedé en Panamá. Recuerdo que allá había un alemán, que yo tenía un problema con mi moto y él la arregló. Él conducía un remolcador y me preguntó, ¿quieres conducirlo? Y yo dije que sí y me dejó. Fue maravilloso. Eso fue lo que más me gustó de todo el viaje: Panamá. También me gustó mucho Ecuador: Quito, Guayaquil.
– ¿Por qué te quedaste en Panamá si tu compañero seguía hasta Canadá?
– Yo había grabado este LP llamado Divina comedia y tenía que estar aquí por el lanzamiento, entonces volví. Mi amigo fue hasta Canadá. He, he, fue interesante.
– ¿Qué moto tenías?
– Una BMW 650.
Arnaldo confiesa sentirse más a gusto comunicándose en inglés o portuñol. «Con Mutantes grabamos una canción que se llama Cantor de mambo. La gente decía que la lengua era portuñol. He he». Chocamos los vasos por primera vez y el ex Mutante explica a qué se dedica últimamente. «Tengo un estudio en casa donde hago trabajos de pintura y de música. Hago lo siguiente: tengo un grabador con varios canales; entonces grabo batería en un canal, después contrabajo en otro y así puedo hacer un disco entero yo solito. Está siendo bueno en ese sentido, estoy atravesando etapas de creatividad que no conocí con Os Mutantes. Como tocar la batería. Es difícil grabar batería: cuando la tocas delante de un micrófono, revienta todo. Hay que usar compresores, limitadores, expansores, transistores… Estoy entrando en un mundo nuevo con el sentido de explorar. Y me está saliendo muy bien».
Michael interviene para explicar que hace un par de días se produjo en esta misma casa un encuentro singular. En el estudio que tiene en la habitación de al lado –donde ha registrado grabaciones con miembros de los Rolling Stones y algunos astros del blues como Buddy Guy: hay fotos de todos ellos que lo atestiguan– se produjo el reencuentro musical con su hermano, el Mutante Sergio Dias Baptista. Arnaldo: «Oh, sí, hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Pasaron cosas. Él viajó para Estados Unidos, se casó allá y creo que se separó hace unos diez años. Entonces él vino para acá y tocamos. Fue muy gustoso. Hacía tanto tiempo que no lo hacíamos…».
– ¿Qué tocasteis?
– No me acuerdo. Está grabado. Ah, sí, If You Ever. Una que dice… “If you ever change change your mind/For leaving me behind/Oh bring it back home to me…”.
– ¿De quien es?
– Creo que de Animals. Y otra de Billy Preston, Bright Light, Big City: “Bright light, bum bum/Big city/That’s what my baby says…”. Sergio tocó todas estas canciones que a mí tanto me gustan. Fueron como cinco más. Fue una experiencia maravillosa. Hacía tanto tiempo…
– ¿Repetireis?
– Oh, sí. Ahora se ha comprado una casa aquí en Brasil y me ha invitado. Me voy a acercar.
– ¿Te gustaría grabar un disco con él?
– La gente aún no sabe nada de estos encuentros. Necesitaríamos un teclado, una batería, un contrabajo, para formar una banda con Sergio. No sé si él va a querer hacerlo. Estoy esperándole.
TODO ES POSIBLE: EL REDESCUBRIMIENTO DE LOS DELICIOSOS MUTANTES
– En la antología que ha editado Luaka Bop hay un texto de David Byrne donde presenta aquellas canciones que hicisteis hace tres décadas, a las nuevas generaciones. Definía la música de Mutantes como un cruce entre la psicodelia, los Beatles y John Cage. ¿Te identificas con esas señas?
– Ah, sí, que interesante. Nosotros, que hemos nacido aquí, no sabemos como le llega la música de Mutantes al resto del mundo. Si un inglés viene a Brasil a tocar samba, pues es un poco extraño, ¿no? El brasileño que toca rock también es medio extraño. Y entonces yo me pregunto, ¿como entra nuestra música? Sí, es medio psicodélica, medio Beatles, medio Bee Gees… Vamos a esperar a ver como funciona, si la gente lo compra mucho o no. Es tan difícil decir qué va funcionar… porque a veces las cosas funcionan en un lado y en el otro no.
– La antología remarca el hecho de que el repertorio ha sido aprobado personalmente por los miembros de la banda. ¿Cómo fue el proceso de selección?
– Ah, sí. Como somos varias personas los gustos a veces cambian, pero creo que fue el resultado que a todos nos gustó más. Nos llamaron, sí. Eso no fue cosa de David Byrne sino de la grabadora. Él es el grabador, yo soy el Mutante. La voz del pueblo siempre es la que elige, más que los productores y los músicos. La vox populi, la media, la que más aprueba y más sabe generalmente.
«Pienso que la Humanidad atraviesa hoy la Edad Ígnea: todo lo que el hombre aprendió a hacer sin fuego después aprendió a hacerlo con fuego. Ahora tiene que aprender a hacerlo con electricidad solar. Coches eléctricos. La energía solar es gratis y no causa polución. Estoy defendiendo un poco eso con mi obra»
– El texto termina diciendo: “la música de Os Mutantes vuelve a la vida”. ¿Qué te sugiere eso?
– Ah, interesante. He leído en algún lugar que nosotros somos atractivos para la gente, que una persona llega a una tienda, nos escucha y nos ve y le entra nuestro estilo de primera. Tal vez sea así, ¿puedes creerlo? Vamos a ver el resultado. Yo pinté recientemente una portada de un disco recopilatorio que ha salido en un CD llamado Tropicalia…
– Háblame de tu pintura. ¿Qué te gusta pintar?
– Ah, interesante. ¿Puedes creerlo? Yo estaba diciendo que la música a veces sale bien y a veces no. Con la pintura es igual. Yo pinto camisetas. Y a veces pienso: esta es una porquería… y resulta que es la que se vende más cara. Una vez vi a seis personas y todos decían: “la quiero, la quiero, la quiero”. Y era la que yo odiaba. Es difícil tener un gusto, pero está bien.
– ¿Qué te inspira cuando pintas tus camisetas?
– Ah, interesante. A cada hora tengo una inspiración. Un coche en la calle, un pelo. Me inspira una rueda, por ejemplo. Voy procesando y me inspiro.
– ¿Tienes un tema favorito, una técnica…?
– Ah, interesante. Sí. Técnica no tengo en especial. Como tema yo pienso algo muy profundo, aunque puede que me equivoque. Pienso que la Humanidad atraviesa hoy la Edad Ígnea: todo lo que el hombre aprendió a hacer sin fuego después aprendió a hacerlo con fuego. Ahora tiene que aprender a hacerlo con electricidad solar. Coches eléctricos. La energía solar es gratis y no causa polución. Estoy defendiendo un poco eso con mi obra.
– Hace falta que más gente piense como tú.
– Vas a ver.
¡Atención! Interesante información que aporta por correo electrónico David Byrne el 13/9/99, un mes después de esta entrevista:
“Esta antología tenía que haber sido un disco doble, incluyendo el disco de Mutantes que quedó inédito: Tecnicolor, que fue grabado en París, en ácido, creo. Son básicamente versiones de sus propias canciones, algunas regrabadas en inglés, que habrían servido como una introducción adicional para los anglos de aquí [David teclea desde sus oficinas en Manhattan]. Pero hacer cualquier cosa con Brasil aquí suele ser arriesgado, y esta edición se cayó en el último minuto (¡incluso habíamos hecho la masterización y la portada del disco!)”.
DÍAS DE TROPICALISMO Y DE ‘POCO CONTACTO’
– Ya que empezabas a hablar del tropicalismo. ¿Cómo recuerdas esos tiempos?
– Fue interesante, muy interesante. Nosotros vivíamos aquí en São Paulo, pero Gilberto Gil y Caetano Veloso vivían en Bahía, que es muy seca, muy diferente. São Paulo es más Nueva York y Bahía es más campo. Ellos vinieron y se quedaron en un hotel. Yo me encontré con ellos. Ellos tienen una creatividad de alma tan profunda… Yo era un poco más tecnológico. Entonces hicimos una fusión poética y rústica con el tecnológico paulista. El resultado fue la Tropicalia.
– ¿Cuál fue para ti el momento creativamente más brillante de este movimiento?
– Tengo la impresión de que fue la primera vez en que tocamos con Gilberto Gil Domingo no Parque, el primer festival, en la TV Tupi. Empezamos a pegar el público grande con Mutantes en ese festival. Fue importante. En el 67, más o menos.
– ¿Fue el tropicalismo el último movimiento cultural de importancia en Brasil?
– No. Es difícil pensar al respecto, pero tengo la impresión de que después, la tropicalia pasó a ser más internacional y punk, cuando precisamente tenía que ser Brasil. Vino la globalización y la tropicalia se ha quedado como Yes o Genesis: más globalizado.
– ¿Y qué opinas del mangue bit, el movimiento de rock nordestino iniciado por bandas como Chico Science & Naçao Zumbi?
– No he escuchado mucho. Me gusta Mestre Ambrosio. Pero no me acuerdo muy bien particularmente de alguno… A veces hay algo que me entusiasma.
«Pregúntale cosas del pasado», indica Lucinha con dulzura. «De ahora no sabe mucho».
– ¿Cuándo empieza y termina la carrera de Mutantes oficialmente?
– Yo creo que en 67 o 68 y que termina… no consigo recordar. 84… Lucinha es la que sabe.
«Nosotros vivíamos aquí en São Paulo, pero Gilberto Gil y Caetano Veloso vivían en Bahía, que es muy seca, muy diferente. São Paulo es más Nueva York y Bahía es más campo. Ellos vinieron y se quedaron en un hotel. Yo me encontré con ellos. Ellos tienen una creatividad de alma tan profunda… Yo era un poco más tecnológico. Entonces hicimos una fusión poética y rústica con el tecnológico paulista. El resultado fue la Tropicalia»
– ¿A ti te gustaría que el grupo volviera a juntarse?
– Eso es un poco difícil. Mira a Yes: tuvieron tantos pianistas… Con Mutantes pasa igual: tuvieron muchos bateristas, contrabajistas… El único guitarrista fue Sergio… Si alcanzáramos un acuerdo para volver a reunirnos tal vez funcionara. Yo aún no estoy en situación de soñar esto. Estoy bastante volcado en mi carrera como solista. Pero tengo mi esperanza en el CD de Mutantes que va a salir, Tecnicolor. Estamos esperando ansiosamente. Ese disco lo grabamos hace veinte años en Europa, en París. En cinco lenguas más o menos, francés, inglés, portugués, español… Ahora han descubierto el álbum y lo van a sacar. Estamos esperando.
– ¿Y cuál fue el momento creativamente más interesante de Mutantes?
– Yo creo que ese LP, Technicolor. Creo que fue la mejor cosa que hicimos.
– ¿Y qué música te gusta escuchar ahora?
– Diana Ross, Jethro Tull y Mike Oldfield.
– Todo muy diferente.
– Sí, he, he.
– ¿Y tus adorados Beatles? ¿Cuál es tu disco predilecto de los Beatles?
– Rubber Soul.
– Pensé que ibas a decir el álbum blanco.
– Es que yo no tenía mucho contacto en esa época.
Suena precisamente Tecnicolor: Arnaldo ha traído su copia. Llenamos los vasos. «Así como Sargent Pepper dio abertura a la psicodelia, Rubber Soul fue Liverpool puro. Yo tenía un amigo que tenía un zapato de goma y le decía Rubber [goma en español] Suela», añade Arnaldo entre espasmos de risa. «La primera palabra que yo aprendí en español fue gomería, que en portugués se dice borracharia, he he… Pero a España no fuimos nunca». ¿Escucha el músico sus viejos discos? «No frecuentemente. Realmente escucho muy bien a Mutante en soledad. Es muy difícil que uno haga un LP y vuelva a escuchar ese trabajo. Al menos yo soy así, cada persona tiene su propia manera… Yo tengo la idea de incinerar la música». Se oye una versión en inglés de Ando meio desligado, título que parece aludir a la falta de contacto de la que hablaba Arnaldo, cuando de repente se escucha un reloj de cuco con tanta sutileza que parece haberse colado en la grabación de aquel Technicolor.
– No quedaba tan raro ese reloj de cuco en la canción: las grabaciones de Mutantes derrochan imaginación en el terreno del sonido.
– Creo que sí. Bastante. Profundamente. Todos en Mutantes teníamos con mucho respeto hacia el tema del audio. Válvulas, transistores, gibsons, fenders, rickenbackers, había muchas cosas de las que conversar para llegar a un total, democráticamente.
FANS ILUSTRES
– Dice Mike D, uno de los Beastie Boys, que es un gran fan de Mutantes.
– No sabía… No los conozco. El que me escribió una carta diciendo cómo le gustaban Mutantes era Kurt Cobain. Imagínate, Mutantes sonando ahí en África…
– ¿Cómo en África?
– Él vivía ahí, creo. ¿Lucinha dónde vivía?
– En Seattle [contesta su mujer].
– Ah, Seattle. Pues entonces no es África. Me he dejado llevar. Pero que él conociera a Mutantes es interesante. Él escribió una carta antes de matarse. Estuvo en Brasil y le dejó a alguien dinero para que le comprara toda la colección de Mutantes. Yo le junté todos los discos en vinilo pero no me dio tiempo a mandárselos porque se había ido… Y me mandó un mensaje por escrito. Como la prensa lo mezcló todo se dijo que la última carta de su vida me la había mandado a mí. Que me había mandado su testamento.
– ¿Te gustaba Nirvana?
– No les conocía muy bien. Les conocí más después. El que vino a verme fue el hijo de John Lennon [Sean, hijo del beatle y de Yoko Ono]. Me dijo que Mutantes eran una de sus influencias y me preguntó cual eran las mías. Y yo le contesté: tu padre.
«Antes de matarse, Kurt Cobain, que era fan de Mutantes me escribió una carta. Como la prensa lo mezcló todo se dijo que la última carta de su vida me la había mandado a mí. Que me había mandado su testamento»
– ¿Qué más cosas te interesan, Arnaldo?
– Aparte del sonido me gustan mucho las máquinas, como la motocicleta o el automóvil. Una cosa que me inspira mucho, aunque a veces es difícil, es la física. También me intereso mucho por los platillos volantes. Yo estudio mucho la manera en que levitan en el aire. Pienso al respecto del magnetismo, con imanes, por ejemplo, a través de la idea del caos. La atracción magnética del peso o gravitons. La humanidad consigue hacer el caos y eliminarlo con superconductores, pero no con gravitons todavía, quizás más tarde lo haga como los platillos volantes. A veces yo voy muy deprisa. He creado una fórmula física:
T = M > C
…donde T es tiempo, M es masa y C es la velocidad de la luz. Entonces yo pienso que en la luz hay materia. Entonces si T es tiempo y uno va más rápido que la luz, uno consigue ultrapasar el tiempo. Entonces, por ejemplo, si giramos la tierra a 2000 años luz, Cristo está vivo allá, en materia. Pienso como moverme hasta allí en un viaje temporal. Yo pienso a veces en criogenizarme hasta el día en que la velocidad de la luz sea ultrapasada. He llegado a construir en mi casa un giroscopio para hacer la prueba. Pero no ha funcionado, es muy temprano todavía.
– ¿Eres religioso?
– No mucho. Mi madre era católica, pero yo no. Creo en mí mismo y en todos nosotros.
MÁS SOBRE MUTANTES
– ¿Como os repartíais la composición de las canciones en el grupo? ¿Como escribíais?
– Buscábamos ideas mientras llegaba la inspiración máxima. Momentos, como lo de la rueda y la camiseta. Yo hacía la parte del medio: la armonía y el ritmo, como si fuera el relleno de la música. Pero las ideas venían igualmente de Rita y de Sergio. Yo era más bien el que hacía la armonía. O sea, casi todo el trabajo.
– ¿Teníais la disciplina de sentaros a trabajar o esperábais la inspiración?
– Yo diariamente estudio piano, teclado, contrabajo, guitarra, batería: todo. Pero es distinta la música en sí, o sea la creación, de la interpretación. Parar para componer era difícil. A veces la inspiración venía un día que veíamos a una chica linda o escuchábamos un músico muy bueno. Entonces ocurría. Ahora es muy difícil que ocurra esa inspiración.
– ¿Con qué frecuencia escribes ahora?
– Sí, sí. Ah, interesante. Pensé en eso hoy, mientras veía a un músico en la TV. La música que tenemos en la cabeza durante meses nunca es la mejor. A veces la mejor sale en un momento, vas al piano y la compones, creo que a veces es así. Es imposible que la inspiración sea ahora. A veces nos inspiramos por un momento y no sabemos por qué. Llega, ocurre.
– ¿Tomas algo para inspirarte?
– Varía mucho. Siempre llegamos a un punto donde a nosotros los músicos la mente se nos desenvuelve; entonces las emociones pasan a ser más fuertes. Pero depende, un día es la bebida, otro es un cigarro, otro día no es nada. Es difícil tener la inspiración. Pero el vino es bueno. Vino, whisky, no tengo preferencias.
– ¿Drogas?
– No siempre pero a veces sí tomaba.
– ¿LSD?
– Sí. Y grass.
– ¿Recuerdas algún momento alucinante que deviniera del uso de las drogas?
– No, no me acuerdo. Fue una cosa que despacio se iba desarrollando. Nunca hubo un punto máximo. Ni una droga en especial. Hubo momentos. No siempre teníamos las drogas a mano. En las historias se dice “I can’t get enough of hot stuff”. No es así. Dependíamos de muchos amigos y conocidos que nos proveían para agitar la mente en los momentos de inspiración.
– ¿Alguna vez te has decidido a escribir poesía, como ha hecho el ex Titãs Arnaldo Antunes?
– Tengo cinco libros pero nadie los ha editado aún. Son más de cien páginas. Yo espero. Mi papá era poeta. Escribió cuatro libros. Escribía diariamente una poesía en el periódico O Día. Mi madre fue la primera mujer del mundo que escribió un concierto para piano y orquesta clásico. Tocó en Viena. Mi padre era político, poeta y tenor también. Familia de artistas.
SUENA UN SITAR EXTRAÑO
– Tu ex mujer Rita Lee ha desarrollado una carrera de éxito como solista. ¿Mantienes contacto con ella?
– A veces. No mucho. Ella fue a Minas Gerais, donde yo vivo, a Juiz de Fora. Yo creo que el juez estaba de vacaciones en esta ciudad, por eso le pusieron ese nombre. Ella fue allá con su show pero no fue mucho el contacto. Nos encontramos y ella dijo cosas malas de unos amigos míos. El enemigo de mi amigo es mi enemigo. Y el amigo de mi amigo es mi amigo también. Entonces yo paré por un ratito. A veces nos encontramos. Pero yo me acabo de reencontrar con mi hermano, que es más importante. Con Sergio no ha cambiado nada, nos entendemos muy bien con la música. Yo no cambio mucho en la música pero creo que el músico es un hombre que depende mucho del instrumento que usa. Un ejemplo: los corredores de motociclismo. Uno usa Yamaha; otro usa Harley Davidson: son personas distintas. Yo por ejemplo utilizo Gibson. En Mutantes nunca utilicé Gibson. Entonces yo soy distinto ahora. En Mutantes yo tampoco tocaba batería. Ahora puedo tocarla; tengo en casa una Ludwig. Estoy satisfecho, he he. Todos los bateristas tocan con un pie el bass drum y con el otro los cymbals. Yo puedo hacerlo con dos bass drums y dos cymbals: ambidestría. Pero en el piano yo no puedo hacer lo mismo. Yo soy zurdo pero no lo soy cuando toco la guitarra. Como Hendrix y Paul McCartney. No sé por qué.
El ex Mutante inclina la botella en vano: apenas quedan unas gotas que caen en su vaso donde navega el hielo. La agita, pero no hay nada que hacer. Tose y ríe. Llega otra botella. Por casualidad está sonando una de las canciones más conmovedoras de Mutantes, Balada de louco, que en los 80 cantó otro gran freak brasileño, Raul Seixas. Esta entrevista se cierra con los versos originales de esta joya que escribieron Rita Lee y Arnaldo. Nada mejor para entender y querer a sus autores. Sobre todo a Arnaldo Dias Baptista.
Dizem que sou louco
Por pensar assim
Se es sou muito louco por eu ser feliz
Mas louco é quem me diz
E não é feliz, não é feliz
Se eles são bonitos, sou Alain Delon
Se eles são famosos, sou Napoleão
Mas louco é quem me diz
E não é feliz, não é feliz
Eu juro que é melhor
Não ser o normal
Se eu posso pensar que Deus sou eu
Se eles têm três carros, eu posso voar
Se eles rezam muito, eu já estou no céu
Mas louco é quem me diz
E não é feliz, não é feliz
Eu juro que é melhor
Não ser o normal
Se eu posso pensar que Deus sou eu
Sim sou muito louco, não vou me curar
Já não sou o único que encontrou a paz
Mas louco é quem me diz
E não é feliz, não é feliz
Eu so feliz
(Dicen que soy loco / Por pensar así / Sí yo soy muy loco por ser feliz / Más loco es quien me lo dice / Y no es feliz, no es feliz (…) Si ellos son guapos, yo soy Alain Delon / Si ellos son famosos, yo soy Napoleón / Más loco es quien me lo dice / Y no es feliz, no es feliz (…) Yo juro que es mejor / No ser normal / Si puedo pensar que soy Dios (…) Si ellos tienen tres coches, yo puedo volar / Si ellos rezan mucho yo ya estoy en el cielo / Más loco es quien me dice / Y no es feliz, no es feliz (…) Yo juro que es mejor / No ser normal / Si puedo pensar que soy Dios (…) Si, estoy muy loco, no me voy a curar / Yo no soy el único que encontró la paz / Más loco es quien me lo dice / Y no es feliz / Yo soy feliz).
DISCOGRAFÍA
Os Mutantes (Polydor, 1968)
Tropicália: ou Panis et Circenses(con Gilberto Gil, Caetano Veloso, Tom Zé y Gal Costa) (Philips, 1968)
Mutantes (Polydor, 1969)
A divina comedia ou ando meio desligado (Polydor, 1970)
Jardim elétrico (Polydor, 1971)
Mutantes e seus cometas no pais do baurets (Polydor, 1972)
OAEOZ (Philips, 1992; grabado en 1973)
Tudo foi feito pelo sol (Som Livre, 1974)
Mutante ao vivo (Som Livre, 1976)
Tecnicolor (Universal, 2000; grabado en 1970)
Live At The Barbican Theatre (Luaka Bop, 2007; grabado en 1978)
EN SOLITARIO
Lóki? (Philips, 1974)
Singin’Alone (Baratos Afins, 1982 / Virgin, 1996)
Disco voador (Baratos Afins, 1987)
Let It Bed (L&C, 2004)