Rocío Márquez y Bronquio parten del flamenco y vuelven a él en un disco que no rompe esquemas por convencimiento, sino por decantación. Las dos partes del todo sacan sus armas y las engarzan, como si estuvieran predestinadas a ensamblarse, cuando lo lógico parecía ser que no lo hiciesen. El resultado es tan disruptivo como magnético; las canciones de Tercer cielo son táctiles. Y cada una con su palo, si necesidad de aguantar velas.
El disco parece haber dado una vuelta por el universo en una cápsula porosa para aterrizar de nuevo en la tierra.
Ha sido un viajazo del que aún no hemos aterrizado.
¿Hay algo peor que la autocensura en el arte?
No y es aún peor que la censura externa.
¿Dónde está la verdad creativa? ¿Puede ser mejor embellecer una mentirijilla?
Bronquio: Si sale de un impulso, un impulso es una verdad en sí misma. La verdad está en no hacer lo que no quiero hacer.
Rocío: Para mí ese impulso debe nacer de un autoconocimiento, la conexión con una misma, el permiso y la aceptación.
¿Creen que pueda producirse en España una asunción natural de la mezcla entre jondura y máquinas, como ocurrió en México con Nortec o en Colombia con Bomba Estéreo?
Sí, y no es que pueda producirse sino que este proceso de hecho ya se está dando. Además lo bueno es que aún queda mucho camino por explorar.
«Tras ser conocedor de la actitud abierta y aventurera de Rocío, ha sido una oportunidad de poder trabajar a unos niveles muy amplios el instrumento con más capacidad de transmisión que es la voz humana» (Bronquio)
En Grande, el quejío y la onomatopeya cobran vida con los efectos aunque, curiosamente, así debe sonar la muerte. ¿Cómo surgió esa canción?
Es un palo flamenco llamado debla, es el corte más crudo y experimental. Está relacionado con el sufrimiento y la pérdida. Es de las pocas veces que hemos usado una letra popular en el disco; la máquina redimensiona el grito flamenco.
Las sinergias. ¿Qué vio Rocío en Bronquio, y viceversa?
Rocío: Bronquio realizó un remix del tema Empezaron los cuarenta del álbum Visto en El Jueves y entonces vimos con claridad que podíamos desarrollar un diálogo mucho más profundo y que nos apetecía mucho. Escuchando la música de Bronquio y sus colaboraciones con otros artistas, me llamaba mucho la atención su manera de producir, su creatividad y su fuerza. Al trabajar juntos ha sido la llave para llegar a abrir caminos que anteriormente no me había permitido recorrer.
Bronquio: Tras ser conocedor de la actitud abierta y aventurera de Rocío, ha sido una oportunidad de poder trabajar a unos niveles muy amplios el instrumento con más capacidad de transmisión que es la voz humana.
Hay tres pieles en el disco. ¿Qué eriza las de pieles de Rocío y Bronquio?
El humor, el amor y el dolor.
Los trenes de Dusseldorf y Bristol llegan a Jerez. Le gustaría ver a Kraftwerk (o a Burial) experimentando con el flamenco?
Por supuesto. Ambas culturas comparten repetición, visceralidad y pasión por la fiesta.
¿Quién ha sido vuestro aliado principal durante los primeros años de carrera musical?
Bronquio: Mi manager, Luis Álvarez.
Rocío: Mi familia y amigos y todos los artistas con los que he compartido proyecto por todo lo que me han enseñado.
¿Alguna vez habéis echado en falta ayuda por parte de especialistas para tomar alguna decisión vital para el desarrollo de vuestra carrera? ¿O los artistas os sentís arropados en este sentido?
Bronquio: Si no fuera por la ayuda en ciertas decisiones vitales por parte de estos especialistas no estaríamos haciendo esta entrevista.
Rocío: El hecho de tocar fondo y tener crisis artísticas es lo que nos hace evolucionar. Entonces estemos rodeados de personas especialistas o no, tiene un aspecto positivo.
Como artistas, ¿qué perfiles integrarían vuestro equipo ideal, del que os rodearías para dirigir vuestra carrera? ¿Cuál es el equipo actual de Rocío Márquez y Bronquio?
Tenemos un equipazo. En primer lugar, nuestros mánagers Ernesto Novales y Luis Álvarez. Luego Emilio R. Cascajosa y Juan Diego Martín Cabeza han estado desde el primer momento en la conceptualización del disco y asesorándonos musical y literariamente. Carmen Camacho, además de firmar gran parte de las letras del disco, nos ha ayudado a redondear y pulir toda la parte poética para darle cuerpo y coherencia. El trabajo se ha completado con el trabajo de Jordi Gil como ingeniero de sonido y Álex Ferrer en las mezclas y máster.
Sonar claro es la sección de Sympathy for the Lawyer, empresa especializada en asuntos legales y fiscales de artistas, sellos, promotores, festivales y mánagers. Si necesitas información o asesoramiento, puedes ponerte en contacto con ellos.
Tercer cielo está editado por Universal.