Prosigue la carrera fulgurante de Yarea, talento bilbaíno en eso de jugar con los condicionantes pop urbanos dentro de un lenguaje neutro altamente estimulante.
Que: Disco (The Music Republic)
Tras haberse sacado de la manga un LP tan prometedor como Lombardía 22, Yarea tiene claro que no puede soltar el acelerador. Lo suyo es una carrera hacia la fama. Una para la cual ha decidido alimentarse de todas las herramientas necesarias para lograrlo, ahora, en torno a un cauce más pop que en anteriores fases de su trayectoria.
En este sentido, pocos singles tan rotundos como Alguien tiene que parar, una pieza radiofórmula de libro que incluso nos trae el recuerdo de lo que fue la recontextualización llevada a cabo por Sky Ferreira hace una década.
En otro de los puntos fuertes de este trabajo, nos regala un reggaetón cocinado a fuego lento con el título de Con esa cara que pones. Para el mismo, juega con los significantes del abecedario urbano en torno a un toque de guitarra y estribillo de pura condición pop. A esta fórmula también están ligados cortes como Acorralada, otro de los momentos más sembrados del recorrido propuesto, clausurado con Nada ha cambiado, original muestra de reggaetón para la cual ha estructurado una magnética pieza de orfebrería fina cuajada con la norma del tono neutro typical Donosti.
Dicha dualidad planea a lo largo de todo el recorrido propuesto, con la inestimable ayuda de KICKOMBO, con quien ha establecido una alianza que tiene toda la pinta de seguir adelante en sus futuras fases discográficas. Por lo de pronto, nos quedamos con este No me pasa nada, disco que, con el paso de los años, seguramente, sea contemplado como punto de inflexión determinante en su carrera.