La compositora de Bahía Blanca (Buenos Aires) lanzó su cuarto disco desde la ciudad de Madrid. Cuenta con artistas mujeres como Margarita Quebrada, Delfina Campos, Maika Loubté y Wiranda Johansen y engloba un sonido comandado por sintetizadores que plantean una idea conceptual orgánica.
Que: Disco (Costa Futuro)
A Lucía Tacchetti ya la conoce Anderson Paak pero debería escucharla el director de cine canadiense, Denis Villeneuve. Fanático de la saturación sonora, podría encontrar secuencias mentales a partir del nuevo material que la compositora de electropop acaba de encerrar en su reciente cuarto disco.
Flaps conecta con las nuevas tendencias de baile y alcanza el universo pop, algo que Tacchetti hace desde que se lanzó a grabar canciones pero ahora con mayor visión conceptual. En 2020 su canción Apagón, de su anterior y revelador álbum Eleté, fue escogida por Rolling Stone Argentina como una de las veinticinco grandes canciones del año.
Luego de los embates de la pandemia, y de decisiones con cierto riesgo para la artista, decidió radicarse en Madrid y desde allí lanzar lo nuevo. De Buenos Aires a Madrid hubo un vuelo que fue pura inspiración para la cabeza que, a través de sintetizadores, es capaz de reflejar los estados de ánimo de las generaciones encerradas en sus dispositivos. Generaciones que, si bien tienden a irse espiritualmente hacia adentro, también son reflejos del nuevo sentir a través del arte.
La inspiración de Flaps, y esos guiños en los nombres de las nueve canciones (Órbita, A.D.T. y El modo) surge a partir del poder de observación de una artista en vuelo. Uno que experimenta, a través de una experiencia analógica, distintos estados de ánimo como la ansiedad, la felicidad, la incertidumbre y la convicción. Uno de los versos más renegados del disco aparece en El modo y asegura: «Hoy no voy a ser el modo. / No vas a encontrarme en todo. / No voy a aceptar el modo, / encontrar la manera de huir de todo».
Porque sí, después de todo, las máquinas también sienten. Uno puede planear una visión distópica y pensar que el avión de este disco es, en realidad, la nave que protagoniza Arrival (2016). La película del director que debería escuchar a Lucía. Flaps, como cualquier ala que se sostiene en el aire, te salva de la caída; y de la abducción digital.