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viernes 22 de noviembre de 2024

Brasil: las nuevas explosiones electrónicas

Desde hace un tiempo, en Brasil viene tomando fuerza una escena de nuevos creadores dedicados a fusionar los ritmos folclóricos de distintas zonas con la nueva música electrónica para pista de baile, especialmente el bass, el hip hop y el electro. Una tendencia que late cada vez más fuerte y que ahora, quizás impulsada por la reciente algarabía mundialista, se vuelve más que visible para el resto del mundo. La pregunta es: ¿de dónde ha salido tanto músico talentoso?

Brasil: las nuevas explosiones electrónicas

Desde la bella ingenuidad de Chica de Ipanema, pasando por la estatura inconfundible de Caetano Veloso. De la locura casi mágica de Hermeto Pascoal o Tetê Espíndola a la particular alegría hip hop funk de Marcelo D2. Históricamente, la riqueza musical de Brasil generó una marca tan vasta como inconfundible, y siempre brilló tan fuerte que logró superar las barreras idiomáticas, llegando así a sonar en todo el planeta. Sin embargo, misteriosamente, poco de eso ha ido ocurriendo en los últimos años. O al menos no ha venido sucediendo con los creadores que realizan obra, es decir, aquellos que asumen riesgos y buscan cierto nivel de innovación. Menos aún en una escena concreta que pueda reconocerse como conjunto.

De un día para el otro, apareció en la Red una cantidad impresionante de notas sobre productores que generan fusiones entre el gen percusivo y folclórico brasilero con elementos de la bass-music y del electro

Por eso resultó extraño que, hace apenas unos meses, de repente haya explotado hacia el mundo la nueva música de corte global-bass procedente del gigante sudamericano. De un día para el otro, apareció en la Red una cantidad impresionante de notas sobre productores que generan fusiones entre el gen percusivo y folclórico brasilero con elementos de la bass-music y del electro. Así fue posible leer cierto mapa de creadores jóvenes abocados a la nueva música electrónica de baile que están alineados, que colaboran, que tiene conciencia plena del trabajo de los otros. Todo sin la necesidad, claro, de unificarse de forma banal, como ha ocurrido en los últimos tiempos cuando surgió algo novedoso como el neo-trap, el moombahton o el twerk, que en apenas uno meses pasaron de ser geniales posibilidades creativas a convertirse en simples rituales de lo habitual (más allá, como siempre, de las excepciones que siempre existen). Seguramente, esa diferencia brasileña se debe a la riqueza del folclore del país, y a la cantidad de posibilidades estilísticas y rítmicas que estos artistas tienen a disposición. Una buena prueba es que, incluso, se dieron el lujo de poner de moda un nuevo estilo: la rasterinha.

Pero, antes que nada, se hace necesario nombrar algunos antecedentes esporádicos y dispersos, pero igualmente importantes, como lo fue la fiebre funk carioca: nació como expresión auténtica de las favelas de Río de Janeiro y llegó a resonar en todo el planeta gracias al interés y intermediación de artistas extranjeros como M.I.A. y Diplo, o por la visibilidad que dieron a ese ritmo los aclamados Bonde do Role. Igualmente importante fue el trabajo de Maga Bo, músico procedente de Estados Unidos (aunque afincado en Brasil desde hace años) y dedicado 100% a la fusión del bass con los estilos locales.
De todas maneras, este nuevo movimiento se vislumbra como algo claro: difícilmente termine sintetizado en un paso fugaz por el mundo de la música. Las razones de su solidez son la enorme cantidad de artistas que involucra y las estructuras que se han desarrollado a su alrededor.

Otra realidad es evidente: esta exposición ocurre precisamente cuando la obra de los músicos de este movimiento está en su punto de madurez justa, con un nivel alto en cuanto a producción. Y, lo más importante, con una propuesta más original que toma fuerzas de la herencia folclórica de distintas zonas, pero con todo el poder de las herramientas y estilos de la nueva electrónica de baile. Es así que podemos encontrar el golpear del berinbao sobre bajos dubstep potentes, funk carioca que pulsea con el neo-trap, cabaquinhos sobre bases digital-dancehall o impensadas fusiones entre twerk, cumbia, moombahton y samba reggae. También aparecen composiciones en las que los nuevos estilos «street» de moda, como el neo-trap o el twerk, suenan a las maneras a las que estamos habituados, pero con un twist que evidentemente tiene que ver con la herencia local. Todo vale si el ritmo de los tambores pulsa el baile.

Uno de los sellos fundamentales en esta nueva movida es Braza, organización de São Paulo que funciona como una de las principales ventanas del material de productores que hasta hace muy poco eran completamente desconocidos. Algunos de ellos son Lord Breu, Mauro Telefunksoul, DaBeat28, Loro Voodoo y A.MA.SSA, entre muchos más. Cada uno de ellos ha sabido cultivar un catálogo concreto que sirve para visualizar, de una vez, distintas tendencias y búsquedas en estas fusiones. Particularmente, resultan interesantes los dos volúmenes de sus compilaciones Bahia Bass, abocadas a reunir mezclas que se dan entre la música típica del nordeste de Brasil y el bass. El resultado es tan amplio como excitante, y realmente abre una infinidad de posibilidades para los creadores en otros hemisferios.

Otro sello que pide la palabra a gritos es el liderado por Renato Martins: Funk na Caixa. Porque más allá de que en su catálogo podemos encontrar distintos modos sonoros y compositivos de este nuevo fenómeno, ha dado en un clavo que lo caracteriza: este colectivo es, en gran parte, responsable de la expansión que ha tenido la rasterinha, ese estilo que hoy está tan de moda en las pistas de baile global-bass y latin-bass del mundo, que nombran como «neo baile funk», un ralentado de ese ritmo carioca.
Este desarrollo tuvo mucho que ver con el lanzamiento de dos compilaciones en particular, las Rasterinha EP y Vol. 2: además de recopilar las obras de varios de los grandes representantes actuales del sonido de Brasil –entre ellos algunos de los ya mencionados en las ediciones de Braza y otros como Mc Maromba, Omulu, DJ Edgar, Guto de Almeida y Viní, también involucra a artistas de otros países bastante reconocidos en la escena y que están dedicando su talento a este ritmo como Ckrono & Slesh, Photo Romance, GodWonder, Bumps y Mettabbana. Como puede escucharse en ambos recopilatorios, todos suenan diferente y cada uno le encuentran su propio sabor a este «bum bum ta».

Para saber más sobre la rasterinha es imprescindible acercarse al texto que publicaron sobre el estilo los mismísimos Funk na Caixa, disponible en su Web.

Pero hay más. Cada día parecen sumarse nombres y artistas. Entre ellos destaca el trabajo que está realizando, tanto en lo musical como en lo social, el sello Mondé Produções Publicações y la explosión musical de Pearls Negras, un bello trío de chicas que con el glamour como estandarte están reformulando el neo-trap y el twerk, fusionando estos estilos con un espíritu claramente carioca. Para comprobarlo no hay más que ver sus vídeos o escuchar su EP Pensando em você, de descarga gratuita.


Pearls Negras – Pensando em você

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