Respondiendo a la necesidad de incentivar el acercamiento de la cultura latinoamericana a Brasil, se llevó a cabo la primera edición del Fest Contrapedal en São Paulo. La sede del evento –fundado años atrás en Montevideo–, fue el imponente Centro Cultural de la gran megalópolis brasileña, el cual durante dos días (8 y 9 de julio) combinó conciertos con proyecciones, conferencias, una muestra gastronómica, exposición de trabajos de arte visual y un espacio infantil, convocando a una gran cantidad de paulistas y dando un primer paso con firmeza. Estos son algunos de sus argumentos a favor.
UNO – La fuerza y dinamismo de Mateo Kingman
El compositor y cantante ecuatoriano fue quizás el exponente no brasileño más aplaudido por el público que rondó el Centro Cultural São Paulo en la segunda jornada de Fest Contrapedal. Aún frente al hecho de estar acompañado tan sólo por su baterista, Kingman exhibió sus dotes de frontman, repasando varios de los temas de Respira, su disco debut de 2015. Su actuación, pese a las barreras del idioma a las que se alude cuando se habla de las distancias culturales entre Brasil y el resto de Latinoamérica, impactó a los brasileños gracias a la elocuencia y energía que él imprime a su directo. Una ocasión inmejorable para mostrarse y dejar en claro que es uno de los exponentes más inquietantes de la nueva música latina de hoy.
DOS – La frescura de Baleia
He aquí una de las agrupaciones más interesantes del rock brasileño actual; un sexteto que arremolina influencias que van de Arcade Fire y Grizzly Bear a Os Mutantes y Tom Zé, y que hace una música colmada de personalidad propia. Música pop que abreva en el folk y se reinventa a través de la experimentación, donde el arreglo se privilegia, la distorsión es bienvenida y las fórmulas se repelen. El magnetismo de su vocalista, Sofía Vaz, es uno de los ingredientes a favor de una propuesta que musicalmente se asemeja a una caja de Pandora donde lo mejor está siempre por suceder en el siguiente acorde.
TRES – La amplitud cultural
La amplitud cultural que Fest Contrapedal exhibió en su cartel, donde no sólo hubo variedad en la procedencia de los participantes sino también diversidad en todo renglón, muy acorde a como hoy acontece en Brasil. Destacan las inclusiones de Jaloo y la MC Linn da Quebrada (foto). El primero, la gran estrella de esta primera edición del evento, actuó ante un lleno total en el auditorio del CCSP, mostrando el poder de seducción y carisma de su pop electrónico, cuya popularidad va en meteórico ascenso. La segunda, quien se autodefine como «terrorista de género» sin referirse necesariamente a la mezcla de funk y samba que la caracteriza musicalmente, demostró su recio carácter sobre el escenario en el cierre de su primera jornada, en el Centro Cultural Río Verde. Ambos, a la par de otros artistas como Liniker y Johnny Hooker, son parte de un movimiento que tiene como prioridad la afirmación de los derechos de la comunidad LGBT con una actitud que hoy revoluciona la música pop independiente de su país.
CUATRO – La potencia sonora de Nomade Orquestra
La Nomade Orquestra, un ensamble de diez instrumentistas que van del jazz al funk con la mano en la cintura, exhibió su potencia sonora al interpretar temas de sus dos álbumes a la fecha –Nomade Orquestra y EntreMundos–, que el crítico Gilles Peterson ha elogiado sin reparo. Un set intenso el suyo, que dejó en claro que lo mejor de su propuesta es su apabullante directo, el cual en esta ocasión recibió la colaboración de Russo Passapusso, el vocalista del innovador proyecto Bahiana System, un complemento perfecto para su caleidoscópica música marcada por la negritud.
CINCO – El cruce de fronteras
Derribando fronteras geográficas: la colaboración artística en Latinoamérica. Bajo esa premisa se reunieron varios de los participantes en Fest Contrapedal. Su objetivo fue reflexionar sobre las posibilidades de ello y la importancia que tendrá en lo sucesivo que los músicos brasileños se acerquen más a los del resto del continente. Si bien hay antecedentes como los de Fito Páez y Paulinho Moska, Mundo Livre S/A y Rubén Albarrán o Julieta Venegas y Marisa Monte, se pronostica una era en la que esto podría intensificarse. Presentes en la mesa de debate sobre este tema estuvieron el colombiano Edson Velandia, el mexicano-brasileño Sebastián Piracés-Ugarte (de Francisco El Hombre), el uruguayo Dani Umpi y el bahiano Russo Passapusso. Desafiante fue el argumento de Piracés-Ugalde al asegurar que: «Cualquier latinoamericano puede darte cinco nombres de músicos brasileños. Pero si le preguntas a un brasileño sobre músicos latinos, difícilmente te nombrará cinco».