(RCA, 1988)
Los postulados de Brian Eno en materia de provocación y ruptura de esquemas establecidos marcaron a fuego las intenciones estéticas de Daniel Melero. Luego de protagonizar la primera revuelta electrónica al frente de Los Encargados en los tempranos ochenta, Melero inicia su vida solista con un disco pop: Conga incluye melodías inolvidables, experimentación en la búsqueda de nuevas texturas sonoras y mucho romanticismo a la hora de escribir buenas letras de amor. Un disco fundamental para entender el nuevo rock argentino de la década siguiente.
DANIEL MELERO: siempre un paso adelante
Le gusta definirse como «no músico», pero más allá de sus ínfulas conceptuales lo cierto es que Daniel Melero es uno de los nombres dorados de la canción argentina moderna. Productor, teclista, compositor, cantante, cazatalentos: es todo eso y mucho más. Como autor, Conga inició una carrera solista que tuvo su clímax en dos discos de los 90: Travesti (1994) y Rocío (1996), dos exquisitas obras en las que Melero puso a remojar su sed de vanguardia –después llevada al extremo en el incomprendido Recolección vacía, de 2002– para entregarse a la canción pura. Pero si con su banda Los Encargados se había dedicado a explorar el pop desde dentro, en los 90 también lo hizo desde fuera: fue el mentor de grupos fundamentales como Babasónicos y Los Brujos, entre tantos otros. Su trabajo Por (2009), lo encontró nuevamente abocado a la canción acústica, esta vez producido por miembros de Babasónicos en una clara devolución de gentilezas.
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