Libertinaje

(Universal, 1998)
Tras el fogonazo inicial actualizando en 1992 el himno El tiempo no para, del brasileño Cazuza, Bersuit Vergarabat se mareó y perdió el rumbo. ¿Quién apareció, brújula en mano, para redireccionar sus pasos? Ni más ni menos que Gustavo Santaolalla, productor que hizo historia en los 90 precisamente extrayendo lo mejor de cada grupo que se posó bajo su lupa. Grandes canciones como Vuelos, profecías sociales (Se viene el estallido), economía de recursos… El circo ambulante de un grupo inestable en su mejor forma.

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