Publicado originalmente en diciembre de 2010, número 62 de ZdeO
Los emprendimientos son escasos, es cierto, sobre todo teniendo en cuenta la larga historia del rock argentino y su multitud de protagonistas. Sin embargo, son pocos pero buenos. El primer álbum en colaboración digno de mención es el debut y despedida de Porsuigieco, trabajo homónimo de 1976 que reunió a Sui Generis –con Charly García y Nito Mestre a la cabeza– con León Gieco y Raúl Porchetto, quien por entonces asomaba como promesa y que con el tiempo fue bajando notablemente su repercusión. La mamá de Jimmy, Fusa y sobre todo la preciosa Antes de gira pasaron a la historia como instantáneas de esta reunión pastoral en plena era de la inocencia.
Ya en 1986, el sintomático La la la reunió el talento urgente de Fito Páez con la experiencia de Luis Alberto Spinetta –un proyecto anterior junto a Charly García nunca pudo concretarse– para terminar grabando un disco sin fecha de caducidad que entregó grandes canciones y mejores interpretaciones.
Otra reunión memorable fue Colores santos (1992), que hizo coincidir los talentos equidistantes pero perfectamente compatibles de Gustavo Cerati y Daniel Melero. Pop de alta definición en manos de dos autores que supieron suplir las falencias del otro en función del conjunto y que de haber tenido su esperada presentación en directo seguramente sería más recordado.
Con el mismo espíritu inquisidor aunque musicalmente en la acera de enfrente, en 1997 Ricardo Iorio (estandarte del heavy nacional, miembro de V8 y fundador de Hermética y Almafuerte) y Flavio Cianciarullo (bajista de Los Fabulosos Cadillacs) decidieron extender el idilio iniciado el año anterior, cuando Flavio produjo Del entorno, de Almafuerte. Peso argento muestra el amor de ambos por el folclore, aunque todo, desde el primer al último minuto, está atravesado por el rock que hierve en sus venas.
El proyecto Flopa-Manza-Minimal surgió como un juego entre tres autores con vasta trayectoria en el rock argentino. Las reglas fueron sencillas: reunirse, colgarse sus guitarras acústicas y escribir canciones. Así fue como Florencia «Flopa» Lestani –cantautora, ex miembro de Mata Violeta–, Mariano «Manza» Esaín –ex Menos que Cero y Martes Menta, actual líder de Valle de Muñecas y reconocido productor del indie local– y Ariel Minimal –compañero de Manza en Martes Menta, líder de los incendiarios Pez y ex guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs– terminaron en un estudio para registrar en 2002 un debut –que tendrá su continuidad en 2011– en el que se invocan todos los espíritus que rodean el quehacer de canciones atemporales: buenas melodías, arreglos de voces, estribillos pegadizos.
Con el mismo horizonte en mente pero más volcado al rock, el proyecto Viajantes se formó gracias a la iniciativa de Pablo Dacal, Alfonso Barbieri, Manuel Onis y Juan Jacinto, todos y cada uno de ellos buenos representantes de la nueva canción porteña, tanto juntos como por separado. El álbum ha sido reeditado en 2020 con nueva portada para celebrar el décimo aniversario de su publicación original.
El detalle es la grabación de La hora de los magos, eslabón perdido del rock argentino escrito por Jorge de la Vega en los años 70, revisitado aquí por un grupo de celebridades que se suman a la causa: Litto Nebbia, Fito Páez, Andrés Calamaro, Horacio Fontova, Daniel Melingo, Jorge Serrano y «Palo» Pandolfo, entre otros.
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