Expediente Los Bunkers

América Latina tiene una larga tradición en cantidad y calidad de música popular. Cada país es un universo sonoro inabarcable en sí mismo, con sus estilos característicos, sus himnos, sus mitos… Así Chile puede presumir de la cueca, del folclore de protesta con Quilapayún o Inti-Illimani a la cabeza, de nombres universales como Violeta Parra o Víctor Jara y también del rock, con excelentes exponentes por cierto. De hecho se dieron fusiones irrepetibles como la propuesta de Los Jaivas, con su personal mestizaje entre rock y folclore. Y a partir de allí el enriquecimiento de la escena rockera en los 70, con la aparición de propuestas como las de Aguaturbia, Blops, Congreso y tantos otros.

Así se fue llegando a los 80 y a los 90 y al relevo generacional. No dejan de aparecer nombres y más nombres. Los Prisioneros y Los Tres despuntan como claros referentes, pero vienen pisando los talones Electrodomésticos, Aparato Raro, De Kiruza, Fiskales Ad Hok, Los Tetas, Lucybell, Lafloripondio, Tiro de Gracia, Javiera y Los Imposibles, Pánico, Panteras Negras y… Los Bunkers. Y aquí ponemos, caprichosamente, el punto. Porque lo que nos propusimos en Zona de Obras es justamente eso: centrarnos en el quinteto de Concepción para rescatar su trayectoria y su nuevo presente. Y esperar, con ganas y entusiasmo, lo que nos espera para el futuro. Que no es poco.

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